España

Los ricos baleares aclaran por qué quieren el 'Fortuna': era una "cesión" y no un regalo

La fundación que regaló el barco al monarca respeta la decisión de no volver a utilizarlo y "con respeto y agradecimiento a Su Majestad consideran que se tiene que reclamar".

A los más de 40 empresarios que conforman la fundación balear Fundatur (que agrupa a algunas de las principales fortunas de las Islas Baleares) no se les caen los anillos: han pedido la devolución del yate 'Fortuna', que ha disfrutado el Rey durante 12 años, porque se trataba de una "cesión" al monarca y no de un regalo. Así lo ha manifestado Carmen Matutes, hija del histórico ministro del Partido Popular Abel Matutes y presidenta de la citada Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares.

"Reunido el patronato de la fundación, solicita la devolución del yate, puesto que Su Majestad ha decidido no seguir utilizándolo. Con respeto absoluto, eso sí, a la decisión que ha tomado el Rey". La presidenta, cuya empresa familiar es una de las compañías más importantes del turismo en la isla de Ibiza, ha aceptado la decisión de la Casa del Rey y ya ha comunicado a Patrimonio Nacional la intención de recuperar el yate.

Sin embargo, desde Fundatur no se ha querido aclarar qué usos se podrá dar a esta embarcación, ni por qué ya no interesa mantener la "cesión" una vez que el rey Juan Carlos ha declinado seguir utilizándolo.

Polémica devolución del 'Fortuna'

El pasado 16 de mayo, Zarzuela comunicó que había indicado a Patrimonio Nacional la devolución del 'Fortuna', yate de alta velocidad y 41 metros de eslora que fue donado en el 2000 para uso de la Familia Real por esta fundación que tenía entre sus patronos a los máximos responsables de Sol Meliá, Barceló, Globalia, La Caixa y la Caja de Ahorros de Baleares Sa Nostra.

La decisión de Patrimonio Nacional de dejar de pagar el mantenimiento del yate está en el origen de la iniciativa del monarca de renunciar a su uso

Aunque la Casa del Rey presentó esta devolución como voluntaria del monarca en solidaridad con las dificultades que sufren los españoles, Vozpópuli ya informó de que había sido Patrimonio Nacional quien había avisado a Zarzuela de que ya no haría frente a los 1,8 millones de euros que anualmente cuesta el mantenimiento de la embarcación, entre sueldos de la tripulación, reparaciones, amarres y demás. Sólo llenar sus tanques de combustible cuesta alrededor de 20.000 euros. De acuerdo con fuentes cercanas a Patrimonio, el ente público hizo más: adelantó a Palacio su decisión de proceder a la venta o incluso al desguace del barco, que habitualmente se encuentra amarrado en Palma de Mallorca, lo cual provocó un “notable enfado” del jefe de Estado. Habría sido esta determinación, en opinión de las fuentes, lo que habría empujado al monarca a adelantarse a los acontecimientos “dando orden a Patrimonio Nacional para que inicie los trámites para la desafección del barco como bien de dicho organismo”.

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