El aceite de oliva ya es el segundo producto con mayor cantidad de hurtos en España. La constante subida que ha sufrido este producto en tan solo un año ha provocado que los supermercados guarden las botellas bajo llave o que utilicen una alarma para evitar que los clientes se las lleven a casa sin pasar por caja. Entre 8 y 10 euros por un litro del que ya es considerado por todos el 'oro líquido'. ¿A qué se debe esta crisis inflacionista que no solo ha afectado a este producto emblema de nuestra nación?
El quid de la cuestión radica en las pésimas condiciones climatológicas que han mermado las cosechas de los agricultores, las trabas que ahogan al sector tuteladas por la Unión Europea y la falta de un relevo generacional que mantenga vivo el campo español. A diferencia de años anteriores, los litros que se han comercializado de aceite de oliva han sido casi nulos, por lo que los trabajadores han tenido que subir el precio de origen. Una disyuntiva que los supermercados han aprovechado para sacar partido.
Tal y como explicamos en Vozpópuli, durante enero de 2023, el precio de origen en euros kilos se situaba en 5,30, mientras que el precio destino era de 6,10. Esto se traduce que las multinacionales tenían un beneficio de 0,80 euros. Una rentabilidad que no se asemeja a la de enero de 2024.
Es más, el precio de origen y de destino han experimentado una subida considerable, siendo de 8,70 euros y 10,20 euros respectivamente. Según los datos que ofrece la COAG, el margen positivo de las cadenas sería de 1,50 euros. Por lo tanto, en tan solo un año las grandes superficies han incrementado un 56% sus beneficios con el litro de aceite de oliva.
Una realidad que salpica directamente a los consumidores. Y es que España atraviesa un situación económica donde el principal protagonista es la inestabilidad y la falta de recursos de la ciudadanía para llegar a fin de mes. La tendencia alcista del IPC durante todo el 2023, el precio del alquiler y de la vivienda que es inasumible para las nuevas generaciones y los sueldos que siguen congelados sin su respectiva subida por la inflación, son algunos de los factores que han provocado la caída al vacío de la economía española.
Más allá del incremento del precio de los alimentos, la empresa STC, especializada en sistemas de antihurto, ha publicado su III Informe sobre los hurtos en los supermercados españoles. Un estudio que deja en claro que el aceite de oliva se ha postulado como uno de los productos más robado durante el pasado año, aunque hay unas cuantas comunidades autónomas donde los hurtos del 'oro líquido' han liderado el ranking.
El aceite de oliva, el producto más robado en España
Según el informe publicado por STC, Aragón, Andalucía, Castilla La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Baleares y Extremadura son las ocho comunidades autónomas donde el aceite de oliva ha sido el producto con mayor cantidad de hurtos. Aun así, en todas las comunidades autónomas de España el aceite de oliva se encuentra entre los cinco productos más robados. Lo realmente llamativo y lo que hace saltar las alertas es que tan solo un año el aceite de oliva ha escalado hasta el segundo puesto, lo que deja entrever que el precio del mismo ha afectado de manera negativa en los hurtos.
¿Cuáles son los otros productos que completan la lista? Los licores se llevan el cetro, seguido del vino, el jamón ibérico. Otro de los clásicos que siempre aparecen en la lista son el atún y el bonito, aunque durante el 2023 ha sido sustituido por el aceite de oliva. Aun así, sigue siendo uno de los productos con mayor cantidad de hurtos en zonas como Cantabria, País Vasco, Ceuta y Melilla. No solo eso, sino que en Asturias y Galicia el pulpo también ocupa un puesto en el top.
"Pero si lo del aceite de oliva no nos pilla por sorpresa -tras unos meses muy convulsos- quizás sí lo haga el saber que el 90% de los robos cometidos en los supermercados españoles se achacan a bandas organizadas y personas reincidentes no profesionales", explica STC.
De ser un esencial en todas las cocinas de nuestro país, a brillar por su ausencia. El aceite de oliva ha vivido durante este 2023 uno de sus peores años tanto a nivel de ventas, como por la nefasta situación de la agricultura que se ha traducido en manifestaciones masivas en toda Europa. Unas protestas que están marcando el inicio del 2024 y que, esperemos, que sirva como punto de inflexión para volver a retomar la normalidad.