La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha logrado este jueves la aprobación de la prórroga de los presupuestos de 2015 para 2016, con una ampliación de 275 millones de euros, gracias a la abstención de la CUP y en medio de un agrio debate por el acercamiento de Colau a los socialistas. Las cuentas para el año próximo de la capital catalana, que en realidad son una prórroga de los presupuestos de este año con una importante ampliación, han salido adelante con los votos de BComú, ERC y del PSC y la abstención de la CUP, mientras que CiU, C's y el PP han votado en contra.
Ada Colau ha agradecido a BComú, ERC, PSC y la CUP "de todo corazón" que hayan hecho posible una ampliación presupuestaria "para la ciudad, no para un partido ni para un gobierno, sino para muchos vecinos que la estaban esperando para que estos 275 millones no se queden en el cajón y vayan a la ciudadanía". Los rumores sobre la inminente entrada del PSC en el gobierno municipal con Barcelona en Comú han agriado el debate, en el que los portavoces de los siete grupos del Consejo Municipal de Barcelona se han lanzado reproches mutuamente.
Tan solo el teniente de alcalde Gerardo Pisarello y el presidente del grupo municipal socialista, Jaume Collboni, se han abstenido de expresar criticas mutuas. En cambio, el republicano Alfred Bosch, tras manifestar su acuerdo con el presupuesto concebido por BComú y las aportaciones que ha hecho la CUP, ha señalado a la alcaldesa que puede elegir aplicar la herramienta "con la esperanza republicana o con aquellos que siempre han mandado en esta ciudad", en referencia al PSC.
La CUP se abstiene por la eliminación de la función antidisturbios
La portavoz del grupo municipal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, María José Lecha, anunció por la mañana que se abstendrián en el pleno de este jueves para permitir ampliar el presupuesto de la ciudad, después de que las asambleas del partido decidieran anoche "no impedir" la aprobación de las cuentas y de que la regidora accediera a eliminara la función de antidisturbios de la Guardia Urbana de Barcelona a petición de la misma CUP. Ya en el debate, la concejal de la CUP Maria Rovira ha advertido a BComú de que no avalarán el "continuismo maragallista", en alusión al exalcalde de Barcelona Pasqual Maragall, y ha reclamado a BComú que piensen bien si la entrada del PSC en el gobierno no "sentenciará los pocos anhelos de cambiar la ciudad" que le quedan.
El teniente de alcalde de Economía, Gerardo Pisarello, que ha sido el encargado de hablar en nombre del gobierno, ha replicado a estas advertencias que "para que el sueño de cambio sea posible es necesario que las izquierdas se pongan de acuerdo y así el sueño podrá seguir vivo". En opinión del primer teniente de alcalde, "este frente amplio, plural, quita el sueño a los que querrían una Barcelona conservadora, paralizada por el fatalismo y condescendiente con la creciente desigualdad".
Por su parte, el presidente del grupo socialista, Jaume Collboni, ha iniciado su intervención dirigiéndose a Alfred Bosch para señalarle que en Barcelona "siempre ha mandado quien la ciudadanía ha querido mandase". Collboni ha asegurado que el PSC ha votado 'sí' "pensando en desbloquear Barcelona, haciendo un esfuerzo de responsabilidad pensado en los recursos que tiene este ayuntamiento para ayudar a la gente y no jugar en el partidismo".
CiU, Ciutadans y PP, en contra
La concejal de CiU Sònia Recasens, exteniente de alcalde, ha advertido de que esta modificación hará que el presupuesto se cierre con déficit. Recasens no ha dudado en tildar de "rendición" la abstención de la CUP y en señalar a los anticapitalistas que se estaban añadiendo "a la vieja política", al permitir que se apruebe una modificación pactada entre BComú, ERC y PSC.
La presidenta del grupo de Ciutadans, Carina Mejías, ha anunciado que votaban en contra porque su propuesta de llegar a acuerdos partida a partida ha sido "absolutamente desdeñada en beneficio mercadeo de partidas en interés partidista y la sumisión a los intereses financieros de la Generalitat.
El popular Alberto Fernández ha considerado "miserable" que la alcaldesa no interviniera en el debate plenario, ha calificado a la CUP de "hipócrita", no ha considerado "aceptable" que Barcelona sea "rehén" de esta formación y que la capital catalana lo pague "todo" a la Generalitat.