Aunque dejó el liderazgo de Izquierda Unida en 2008 tras la debacle electoral de ese año, Gaspar Llamazares no se ha resignado a ser un diputado o dirigente más de la coalición que un día gobernó. En 2011 creó la corriente Izquierda Abierta y en 2012 ésta mutó en nuevo partido político dentro de IU. Ahora quiere liderar la unidad de la izquierda aunque para ello le "coma" el protagonismo y los mensajes a su actual jefe de filas, Cayo Lara.
El asturiano sabe que su mayor baza reside en capitanear un proyecto similar a la Syriza griega, formación de izquierdas alternativas que consiguió doblegar a los socialistas helenos. Para eso lleva meses promoviendo un Frente amplio de cara a las elecciones europeas del año que viene y manteniendo contactos con referentes de la sociedad civil, sea el juez Baltasar Garzón, la escritora Almudena Grandes, el ex director general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza o el economista Juan Torres. Todo ello sin olvidar a Julio Anguita, muy activo a través de su Frente Cívico "Somos Mayoría" al que se ha unido también el ex secretario general de Alianza Popular, hoy destacado activista de todas las causas Jorge Verstringe.
Sin embargo no es un camino fácil. La líder de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, le ha dado calabazas en su deseo de promover una lista de izquierdas “mestiza” a la que se incorporen líderes de la sociedad civil y activistas. Pero Colau aseguró a través de twitter no haber recibido ninguna propuesta en este sentido y que, aunque esta llegara, no está interesada. “Hay quien habla de candidaturas europeas y parece que han dicho mi nombre”, pero “lo diré claro: yo no he hablado con nadie ni estoy interesada”, dijo. Versión distinta es la que ofrece el propio Llamazares, que el pasado viernes en una rueda de prensa aseguró a la información adelantada pro Vozpópuli que había hablado "con esos y muchos más" con el objeto de crear un frente amplio de izquierdas con el que concurrir a las elecciones europeas.
Se trata por tanto de una "baja" en las pretensiones de Llamazares que aún así persiste en su proyecto. De hecho, el viernes presentó un manifiesto para los comicios europeos alegando que éstos “no son unas elecciones más ni siquiera unas elecciones de segundo orden”. A su juicio, la cita ante las urnas del mes de junio del año que viene son una “oportunidad única” para enviar un mensaje: "rechazamos las políticas austericidas y queremos otro proceso de integración en Europa. Esta Europa no es la nuestra”, reza el manifiesto. Izquierda Abierta apela a la “necesaria unidad y la acción conjunta de todas las personas críticas con el sistema y con el pensamiento y políticas neoliberales”, en este sentido, anima a pasar de la indignación y la fragmentación de la luchas “a la rebelión, a la acción colectiva organizada”. Asegura la corriente crítica encabezada por Llamazares que cada vez son más las voces “que hablan de la necesidad imperiosa y urgente de articular una alternativa política anticapitalista unitaria” que acabe con “la eterna fragmentación del voto de la izquierda realmente crítica con el sistema y alternativa”.
Muchos apuntan en la coalición a Alberto Garzón como el recambio de Cayo Lara para las elecciones de 2015, pero Llamazares aspira a ser el puente con los movientos sociales
Si finalmente se llega a junio de 2014 con el voto dividido entre varias opciones de izquierda, Izquierda Abierta prevé que los resultados serán algo mejores que en 2009, según los sondeos, “pero no se conseguirá el sorpasso al PP ni al PSOE por parte de ninguna de ellas en solitario.” “Es decir –agrega el manifiesto que presentó ayer Llamazares—la voz que el Estado español mandará a Europa seguirá siendo mayoritariamente bipartidista y prosistema. Al mismo tiempo, la abstención volverá a ser el único refugio de la mayoría de la población”.
Llamazares recuerda la experiencia de partidos de unidad de izquierda en países de nuestro entorno como Syriza en Grecia, Bloque de Esquerda en Portugal o Front de Gauche en Francia, que consiguieron incremento de voto y escaños con respecto a cuando se presentaron por separado. Pero para hacer posible esa unidad, el máximo dirigente de la corriente crítica de IU cree que es necesario asumir parte de las aportaciones y propuestas que han hecho los movimientos sociales en la calle, esto es, participación ciudadana consultiva y vinculante, revocación de mandatos, incompatibilidades, control y transparencia , primarias y listas abiertas, entre otras muchas.
En definitiva, se erige Llamazares en pretendido mediador de IU con los movimientos sociales que han tomado la calle, intentando relevar en ese papel a Alberto Garzón. Éste alcanzó precisamente gran protagonismo en las movilizaciones del 15-M y acabó fichando para las elecciones generales del 20-N en las listas de la coalición. No son pocos los que apuntan a él como el relevo natural de Cayo Lara sobre todo en un momento en que todas las encuestas sobre intención de voto apuntan a un gran crecimiento electoral de la coalición.
Hasta que se dilucide quién debe ser el cabeza de cartel para 2015, Llamazares no va a estar parado.