El diario británico The Guardian recoge este jueves un amplio reportaje sobre la figura de Ada Colau. La cabecera cuenta la trayectoria de la alcaldesa de Barcelona desde su etapa de activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y recuerda cómo saltó a la fama por su intervención en el Congreso en la que tildó de criminal un representante de la banca.
"En el mundo occidental se ha convertido en un tópico hablar de la ‘nueva política’ en respuesta a la apatía de los electores, la crisis económica, la corrupción y el declive de los partidos políticos establecidos. Pero en el caso de España ha sido verdad", constata el texto. Y añade: "Ada Colau ha estado implicada en cada paso del camino, y como alcaldesa de la segunda ciudad del país, ahora tiene poder político real. Se enfrenta a una pregunta vital para el izquierda en toda Europa: ¿puede poner en práctica su agenda radical?".
Principal reto
El diario asegura que el principal reto de su mandato será la gestión del turismo. Barcelona tenía 1,7 millones de turistas en 1990 y ahora tiene más de ocho millones. "La infraestructura ha mejorado, pero el problema es básico: es una ciudad relativamente pequeña, no es Londres, ni París ni Nueva York", publica el diario. Y, tras este acercamiento a la situación de Barcelona, recoge muchas de las promesas y frases más célebres de la alcaldesa cuando ni siquiera se planteaba entrar en política para contraponerlas a su actuación tras la llegada al gobierno de la ciudad. Entre ellas, destacan: "cualquier ciudad que se sacrifica en el altar del turismo de masas será abandonada por su gente cuando ya no pueden pagar el coste de la vivienda, la alimentación y las necesidades diarias básicas”, o “hay una sensación de que Barcelona podría correr el riesgo de perder su alma”.
En resumen, el reportaje de Dan Hancox considera este tipo de “contratiempos” como el quid de una “cuestión más importante para los partidarios como BComú y los otros partidos nuevos como de Podemos: ¿Valió la pena el esfuerzo? ¿Es posible que sólo hayan servido para ejercer presión desde fuera para provocar un cambio en los parlamentos?”.
