Las negociaciones que desde hace semanas mantienen el actual propietario del Málaga CF, el jeque Abdullah bin Nasser Al-Thani, para la venta del club tienen en la sombra a un polémico protagonista: el abogado español Roberto Rodríguez Casas. Este letrado, que ha actuado en las mismas en nombre del magnate albanés del petroleo Razart Taçi y, en los últimos días de un holding ruso-ucraniano, es un viejo conocido de la Policía. Sus agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) lo detuvieron el 7 de enero de 2011 dentro de la Operación Colapso-Edén, el mayor golpe dado a las mafias de la noche madrileña, al considerarle el presunto máximo responsable de la trama empresarial montada por varios capos para blanquear los beneficios de la droga. Rodríguez Casas, que en estos momentos se encuentra en libertad provisional a la espera de juicio por esta causa, está acusado en el sumario de media docena de delitos, entre ellos los de integración en organización criminal, colaboración para intento de asesinato, blanqueo de dinero y estafa. Pese al historial, en las últimas semanas ha sido una activa pieza en la negociación para salvar a un club acuciado por una deuda cercana a los 70 millones de euros precisamente cuando se encuentra en el mejor momento deportivo de su historia: a punto de jugar la Liga de Campeones.
Invitó a un ministro de Panamá al palco del Real Madrid para conseguir montar un banco en este país centroamericano
El poémico abogado es, además, consejero delegado de una empresa de representación de futbolistas, Footag S.L., que los investigadores tienen bajo la sospecha por "la facilidad con la que este tipo de actividades mueve ingentes cantidades de dinero". Esta última frase pertenece a un informe de la Agencia Tributaria de once folios incorporado recientemente al sumario y al que ha tenido acceso Vozpópuli. En el mismo se detallan las presuntas actividades delitivas de Roberto Rodríguez Casas dentro de la trama, en la que, según los investigadores, ejercía un papel de "liderazgo". De hecho, el informe destaca que la red de personas y sociedades montada supuestamente por él había llegado a un nivel de perfeccionamiento tal que estaba "a punto de conseguir una licencia bancaria en el paraíso fiscal de Panamá". Dicha entidad financiera, que iba a recibir el nombre de Vertix Bank, iba a estar presidida precisamente por Rodríguez Casas. Para conseguir la autorización de las autoridades de este país centroamericano llegó a invitar a su ministro de Economía a un partido del Real Madrid para ganarse su favor. "Está muy agradecido conmigo por ponerle en el palco con Florentino [Pérez]", presume en una conversación intervenida con orden judicial.
Éste no es, sin embargo, su único contacto con el mundo del fútbol. En otros pinchazos telefónicos recogidos en el sumario, el abogado aseguraba estar trabajando, precisamente, en la candidatura de Florentino Pérez a la presidencia del club blanco. En otras, afirma ser el representante del holandés Ruud Van Nistelrooy (jugador, precisamente, del Málaga CF la pasada temporada) y de haber intervenido en el traspado de Diego Capel del Sevilla CF al Sporting de Lisboa. Los policías también oyeron a Rodríguez Casas presumir de "asesorar" a tres futbolistas del Real Madrid y a algún canterano del club blanco e, incluso, le intervinieron conversaciones en las que hablaba de montar un negocio de ocio nocturno con los ex jugadores del Atlético de Madrid Paulo Futre y Julio Prieto.
No obstante, las principales acusaciones contra él se sitúan lejos de los campos de fútbol. En concreto, los investigadores le señalan como la supuesta pieza clave en la trama que blanqueaba dinero tanto de presuntos capos de la droga como de sus propias actividades supuestamente delictivas. Para esto último, detalla el informe, presuntamente había adquirido seis inmuebles en las mejores zonas de Madrid que escrituró a nombre de su hermano Francisco Javier, también imputado en la causa. Incluso, y con idéntico fin, Rodríguez Casas había abierto un sin fin de cuentas y productos financieros, sobre todo imposiciones a plazo fijo, a nombre de sus hijos menores de edad, en los cuales puso como cotitular también a su hermano. Los investigadores también le relacionan con operaciones de lavado de dinero de presuntos narcos, como Laurentino Sánchez Serrano, alias Lauro, detenido en la misma operación que él, y Awraham Gampel.
Negocios con el amigo de Raúl y Guti
Con el primero de ellos, el informe destaca que comparte un entramado de empresas, muchas de ellas a nombre de testaferros, a través de las cuales emprendían negocios tan variados como el intento de levantar una universidad privada en Pinto (Madrid), como adelantó Vozpópuli la semana pasada. Se da la circunstancia de que Lauro, también en libertad provisional y a la espera de juicio por la Operación Colapso-Edén, está estrechamente relacionado con el mundo del fútbol. De hecho, este empresario del mundo de la noche mantenía una relación de amistad con el que fuera capitán del Real Madrid Raúl González y fue el encargado de buscarle la casa en la capital de España a Cristiano Ronaldo.
La Policía sospecha que su empresa de asesoramiento de futbolistas puede ser en realidad una tapadera para blanquear dinero
Para blanquear el dinero del Awraham Gampel, un presunto capo asentado en Holanda, el abogado Rodríguez Casas creó en España la empresa Ravertis, especializada en conceder crédito hipotecarios en condiciones de usura a personas con graves apuros económicos, como publicó este diario el pasado sábado. Para ello, el informe que obra en el sumario destaca que supuestamente levantó "un entramado societario y financiero susceptible de ser calificado como oficina de blanqueo". Precisamente dentro de este entramado, el informe sitúa a la empresa de asesoramiento y representación de futbolistas Footag S.L. En ella, aparece como socio fundador con el 50% del capital uno de sus hijos mayores de este letrado. El resto pertenece a Luis Fernando Martínez Vela, alias Micha. Sin embargo, los investigadores creen que quien realmente la gestiona es el propio Rodríguez Casas, que, de hecho, aparece como consejero delegado de la misma. Las sospechas sobre las actividades de Footag S.L. se centran en "la facilidad con la que este tipo de actividades mueve ingentes cantidades de efectivo" susceptibles de facilitar, precisamente, el blanqueo de capitales de procedencia ilícita.
La matrícula de su 'Porsche 911'
La lista de supuestos delitos cometidos por el abogado incluye también la presunta apropiación de fondos de las empresas que gestionaba a través de testaferros y la ocultación de este dinero a la Hacienda Pública para no tributar por él, así como la presunta comisión de estafas cometidas a través de la empresa de créditos hipotecarios, que el informe califica de "usura" al aplicar a las víctimas que acudían a ellos a pedir dinero intereses superiores al 200%. Incluso, los investigadores le acusan del intento de apropiación indebida de un Porsche 911 de color blanco que estaba a su nombre en el momento en el que fue detenido y que, según las pesquisas, intentó evitar que fuera intervenido judicialmente con "la manipulación de la matrícula".
Sin embargo, uno de los delitos más graves de los que se le acusa es el de colaborar en el intento de asesinato de dos súbditos británicos residentes en la Costa del Sol. Siempre según los informes, el abogado puso presuntamente en contacto a "los mandantes del encargo" con "los que asumieron su ejecución, recibiendo el pago del dinero y las armas con las que tendría que haber sido ejecutada la acción". Para ello, destacan los investigadores, empleó la empresa Ravertis, a través de la que supuestamente se canalizó parte del dinero que debían recibir los sicarios. El "mandante" era, presuntamente, uno de los capos a los que blanqueaba el dinero: Awraham Gampel.