Los cambios de personal de José Manuel Albares dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores se están notando a todos los niveles. A la espera de que este martes se aprueben en el Consejo de Ministros los nombramientos de los cuatro secretarios de Estado, dentro del gabinete del ministro se ha producido una baja sensible: la del asesor Vicente Montávez, quien representaba la cuota del PSOE dentro del ministerio desde mediados de 2018.
Montávez llegó a Exteriores con Josep Borrell y fue confirmado en su puesto por Arancha González Laya, pero no ha podido seguir con el tercer ministro que Pedro Sánchez ha nombrado al frente del ministerio. Ahora está por ver si Albares -que es afiliado socialista y conoce muy bien la federación madrileña del PSOE- coloca a un nuevo asesor del partido en su gabinete o si, por el contrario, amortiza dicho cargo.
Licenciado en Ciencias Económicas, Montávez ejerció de profesor en la Universidad Antonio de Nebrija y de consultor antes de su fichaje por el equipo de Borrell. Ya había estado como asesor en el grupo parlamentario del PSOE en el Parlamento Europeo (2007-2011) y en la Secretaría de Estado de Educación (2011-2012). Dentro del partido fue elegido secretario de Relaciones Internacionales del PSOE-M (2015-2017), año en el que fue aupado al frente de la agrupación local de Puente de Vallecas.
Montávez fue una de las pocas personas dentro del gabinete de Laya que supo y gestionó el viaje en secreto a España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, a mediados de abril y que al cabo de unos días desembocó en la crisis diplomática con Marruecos tras revelarse su presencia en un hospital de Logroño, según supo Vozpópuli de fuentes solventes.
Los planes de Albares
Este periódico ya adelantó el sábado que Albares prepara un cambio "a fondo" en la estructura orgánica del ministerio en el que, previsiblemente, saldrán Cristina Gallach, la hasta ahora número dos con Laya, y la subsecretaria, Celsa Nuño. También se ha suprimido la Secretaría de Estado para la España Global.
El jefe de la diplomacia se quiere rodear "de gente de su máxima confianza" y ya ha confirmado la continuidad del secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, y de la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Ángeles Moreno. Ambos diplomáticos son coetáneos de Albares, se les considera muy cercanos a él, aunque podrían cambiar de puesto dentro de la cúpula de Exteriores.
Por ejemplo, González-Barba podría pasar a ser el número dos de Exteriores en sustitución de Gallach, mientras que Moreno se encargaría de la nueva Secretaría de Estado para Iberoamérica. Los asuntos europeos los podría llevar a partir de ahora Marcos Alonso, actual embajador en Albania y que estuvo junto a Albares en la etapa de Moncloa como director del departamento de Asuntos Europeos y G20 de la Presidencia del Gobierno. Otra opción para Alonso es que se dirija la delicada Subsecretaría en sustitución de Nuño.
Para desgajar Iberoamérica de la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores, Albares prescindió de la Secretaría de Estado de España Global, que quedó descabezada tras la dimisión de Manuel Muñiz, quien no esperó a la toma de posesión de Albares como ministro para hacer pública su carta de renuncia, un hecho que causó sorpresa en el ministerio ya que se produjo en las últimas horas de Laya como ministra.
Albares consideraba, según las fuentes diplomáticas, que este departamento de España Global estaba "vacío de contenido y sin competencias", de ahí que estudie rebajarlo de rango para dejarlo en una dirección general o, llegado el caso, en una estructura como la oficina de Marca España que tuvo Carlos Espinosa de los Monteros durante los mandatos de José Manuel García-Margallo, Alfonso Dastis y el citado Josep Borrell.
Tampoco se descarta en Exteriores un traspaso de las competencias de España Global a otra área gubernamental. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, por ejemplo, ya tiene en su organigrama al ICEX, encargado de promover la internacionalización de las empresas españolas.
Tras remodelar la cúpula de Exteriores, Albares cambiará a la mayoría de los directores generales del ministerio. En unos casos, porque está previsto que ocupen embajadas en las próximas semanas y en otros, porque hay algunos de estos diplomáticos que fueron nombrados en tiempos de Margallo y llevan, por tanto, cerca de cinco años en sus puestos.