La tensión crece en el Ministerio de Asuntos Exteriores. El goteo de ceses de altos cargos ordenado por José Manuel Albares ha provocado un incendio entre el ministro y los diplomáticos. La salida de Juan González-Barba, exsecretario de Estado para la Unión Europea, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Fuentes consultadas por Vozpópuli denuncian un "reino del terror" de Albares y un Ministerio paralizado por estos cambios. "Borrell hizo menos cambios con un Ministerio heredado del PP que lo que está haciendo Albares con la cartera que dejó (Arancha González) Laya", dicen estas fuentes.
Albares está moldeando un Ministerio de Asuntos Exteriores a su medida. Y la tensión por algunos relevos y nombramientos pendientes está haciendo mella. El 31 de diciembre terminaba el plazo para postularse a embajadas que quedarán vacantes en 2022, pero todavía hay algunos destinos del 2021 pendientes de nombrar. Uno de ellos es el del Vaticano. La filtración de que el puesto será para la exministra Isabel Celaá ha escocido, y mucho, en la carrera diplomática.
El episodio que ha vuelto a enrarecer el ambiente entre el ministro y la carrera diplomática ha sido el relevo de González-Barba como secretario de Estado para la UE a finales del 2021. Un correo electrónico de la UGT defendiendo a Albares y atacando a González-Barba ha indignado a la Asociación profesional de la Carrera Diplomática (ADE), que agrupa el 65% de los diplomáticos del Ministerio.
UGT, 'altavoz' de Albares
"Dimitir a un año de la Presidencia Europea, de modo tan estentóreo, no es la mejor muestra de cordura y sensatez y, desde luego, en este caso, desprestigian a la carrera diplomática y a los empleados públicos; pero reconocemos que hay personas así y que, en muchos casos, abusan de la buena fe de los superiores que confiaron en ellos. That's life", dice el correo enviado por la central sindical.
La respuesta de la asociación de diplomáticos ha sido igual de dura. Y ha acusado a UGT de un "señalamiento público impropio" hacia González-Barba.
Albares ha hecho algunos nombramientos polémicos. Y también ha impulsado ceses controvertidos. Además del caso de González-Barba, otro de los más sonados fue el de Fernando Fernández-Arias, que fue fulminado del cargo de director general de Naciones Unidas, Organismos Internacionales y Derechos Humanos a principios de octubre.
Fuentes consultadas por este diario consideran que el ministro ha instalado un "reino del terror", en el que nadie está seguro en su puesto. Y recuerdan que Josep Borrell hizo menos cambios en Exteriores tras la moción de censura del 2018 que los que está haciendo Albares tras tomar el testigo de Laya.
Ostracismo para los cesados
Otra de las quejas que está tensionando el Ministerio es sobre el acomodo de los cargos cesados. Tradicionalmente, estas personas solían encontrar una salida "honrosa y rápida" a corto plazo. Embajadas, organismos internacionales, etc. Esta costumbre, denuncian estas fuentes, también se está viniendo abajo con Albares.
El titular de Exteriores ha dejado pendientes algunas embajadas importantes que deberían haberse cubierto el año pasado. Hay nombramientos que han causado cierta sorpresa e indignación. El caso de Álvaro Renedo, un estrecho colaborador de Jorge Moragas, como embajador en Albania o la elección Consuelo Femenía como embajadora en Países Bajos no han sido especialmente bien recibidos en algunos sectores de la diplomacia española.
Existen denuncias de algunas embajadas en las que se está retrasando el preceptivo nombramiento de embajador vía Consejo de Ministros, a pesar de que los candidatos cuentan ya con el plácet en los países de destino. Y hay un cierto malestar con rumores aireados en prensa como el del posible nombramiento de la exministra Celaá como embajadora de España ante la Santa Sede.