Mientras la mirada de la clase política se sitúa desde el lunes en el relevo en la Corona, el principal partido de la oposición continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos, rodeado de especialistas de gran experiencia dispuestos a resucitar al enfermo. Entre los que maquinan en la sombra figuran el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el exministro José Bono. La presidenta andaluza, Susana Díaz, está obsesionada con salir elegida nueva secretaria general por aclamación y para ello ha decidido servirse del auxilio de Zapatero: le ha pedido que convenza al joven diputado vasco Eduardo Madina de que no compita en esta carrera y se conforme con ser el próximo portavoz parlamentario del PSOE en el Congreso. De hecho, Madina lleva callado desde hace una semana, cuando advirtió que solo estaba dispuesto a dar la batalla si había voto directo de los militantes. Personas de su entorno creen que no cederá a las presiones y acabará por presentar su candidatura.
"Zapatero solo busca recuperar su influencia", se afirma en el PSOE
El exministro José Bono también se mueve en la sombra. José Luis Fernández Peña, más conocido como Chunda, lleva a su lado desde hace más de dos décadas y ahora trabaja al servicio del diputado Pedro Sánchez, que prepara también su candidatura a la secretaría general después de haber sido durante años el tapado de Rubalcaba para desalojar a Tomás Gómez del ‘aparato’ del PSOE madrileño. Con Sánchez brega también Antonio Hernando, miembro de la dirección saliente y persona de confianza del exministro José Blanco. Las presiones sobre este economista de 42 años, parlamentario por Madrid, para que también abandone la competición y deje paso libre a Susana Díaz son cada vez más fuertes.
El malestar en el PSOE por estas maniobras tan turbias es cada vez más patente. “Los mismos que han destruido el partido, maquinan ahora en la sombra”, apuntan las voces parlamentarias que más abogan por una renovación amplia en las filas socialistas. “Lo único que busca Zapatero haciendo de mediador es recuperar su influencia y, en el caso de Bono, está poniendo una vela a Dios y otra al diablo, justamente lo que siempre le ha distinguido en su carrera política”, interpretan las mismas fuentes.
La abdicación del rey y el debate de la ley orgánica que ordena la sucesión en el trono, previsto para el próximo miércoles, están retrasando los anuncios y facilitando tiempo a quienes están más directamente implicados en el relevo de Rubalcaba. La impresión más extendida es que si la mediación de Zapatero con Madina y de Bono con Sánchez no produce los efectos deseados, la presidenta andaluza no arriesgará y no dará el salto de Andalucía a la política nacional. Su equipo de Gobierno en la Junta y también su socio, Izquierda Unida, le han advertido de los peligros que ello acarrea: la ambición puede llevarle a perder todo, incluso el capital político acumulado desde que el pasado 25 de mayo le sacó 10 puntos al PP en las europeas.
"Si elegimos a nuestro líder a la búlgara nos daremos otro batacazo en las elecciones", vaticinan en las filas socialistas
Hay diputados socialistas que ven con cierto dramatismo lo que está ocurriendo en su partido. “Si, al final, volvemos al esquema clásico de elegir a nuestro líder a la búlgara, nos daremos un batacazo en las próximas elecciones que quedaremos reducidos a cenizas. No podemos regalar el espacio de la izquierda a Podemos”, resume un grupo de parlamentarios del PSOE. Ellos creen que, partiendo de este criterio, Madina acabará por presentar su candidatura, en dura competición con Pedro Sánchez. En este supuesto, vaticinan, Susana Díaz se recluiría en Andalucía a la espera de convocar sus elecciones.