El presunto yihadista de Algeciras, Yassin K., será sometido a un examen psiquiátrico para saber si es imputable o no. Joaquín Gadea, magistrado de la Audiencia Nacional que investiga la cadena de ataques de tinte terrorista, ha ordenado su exploración forense un día después de haber acordado su ingreso en prisión. Además, también cita a 16 testigos de estos ataques en los que falleció el sacristán Diego Valencia.
El juez que lleva la investigación así lo acuerda en un auto notificado esta mañana. Gadea explica que el reconocimiento se hará "con pleno respeto al derecho de defensa" y con su previo consentimiento. Para ello oficia a la clínica forense de la Audiencia Nacional con el objetivo de que los médicos realicen un examen psiquiátrico del presunto yihadista de Algeciras.
La finalidad de la diligencia es esclarecer las facultades mentales de este individuo de 25 años que estaba pendiente de ser extraditado a Marruecos. Además, también da impulso a la investigación al acordar la citación como testigos de 16 personas, entre ellas las que resultaron heridas en los ataques. A estas últimas se les ofrecerá que puedan litigar en la causa como perjudicados.
"Matar a todos los sacerdotes"
El magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 6 da impulso a la causa apenas un día después de que el presunto yihadista pasara a disposición judicial. Tras tomarle declaración, la Fiscalía pidió prisión para él y el juez así la acordó. Se le atribuyen los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas del artículo 573 del Código Penal que podrían conllevar la prisión permanente revisable.
Del registro en su domicilio y las diligencias practicadas hasta este momento los investigadores sostienen que el investigado tenía muy bien definidos sus objetivos e incluso pretendía hacer más daño del causado. En los asaltos a dos iglesias de Algeciras dejó varios heridos y provocó la muerte del sacristán de una de ellas, a quien apuñaló con un machete de grandes dimensiones mientras miraba al cielo al grito de Alá.
Al respecto, el presunto yihadista habría admitido que su finalidad era "matar a todos los sacerdotes" que se encontraban en la iglesia de San Isidro y de Nuestra Señora de Palma y también a un marroquí cristiano, al que consideraba que era un infiel que había que asesinar.
Como ya informaron fuentes policiales, consideran que se adoctrinó en tiempo récord ya que hace apenas unos meses ni tan siquiera estaba en el radar de la Policía. Testigos cercanos a este presunto yihadista apuntaron a problemas de bebida y con las drogas meses en los meses anteriores. Los investigadores apuntan, por ello, a un perfil de terrorista autoadoctrinado que actúa de manera individual y que, aunque no está vinculado a ninguna organización terrorista, sí defiende actuar en nombre del yihadismo.
