España

Botella recluta a Luis Del Rivero y a Hugo O´Donell para continuar con su ‘furor estatuero’

La oposición, que colabora en el monumento a Blas de Lezo, se queda estupefacta al enterarse de los miembros del comité de trabajo del proyecto: Tertsch, Del Rivero y el polémico historiador Hugo O´Donell. 

Ana Botella anunció esta semana la colocación de una estatua de Blas de Lezo en Madrid, aunque no aclaró ni dónde estará, ni quién la hará, ni cuánto costará. Tan sólo hay una cuenta para que los ciudadanos aporten dinero. En el proyecto echará una mano la oposición en bloque, o al menos eso pensaban, hasta que se enteraron de que estaban implicados el constructor Luis del Rivero, el historiador y militar Hugo O´Donell, así como el periodista Hermann Tertsch. Más leña al furor estatuero, que podría traer tanto mega monumentos ecuestres como pintorescas ranas en el Paseo de Recoletos. 

El proyecto está promovido por la Asociación Monumento a Blas de Lezo y cuenta con el apoyo de la Armada; no en vano es uno de sus insignes héroes. Tal como informaba el Ayuntamiento madrileño, “para llevar adelante el proyecto, se ha constituido un grupo de trabajo, del que forman parte prestigiosas instituciones como la Armada Española; la Real Academia Española, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Real Academia de la Historia; la Casa de América; el Instituto de Estudios Madrileños; la propia Asociación Monumento a Blas de Lezo, los Grupos Municipales del Ayuntamiento de Madrid; a título individual Hugo O’Donnell, Duque de Tetuán; Hermann Tertsch y Luis del Rivero”.

La oposición (PSOE, IU y, UPyD ) formaba parte, con todo gusto, de ese grupo de trabajo, pero se quedaron estupefactos al comprobar los miembros particulares, tan poco afines: el periodista, Luis del Rivero, imputado por el caso Bárcenas y O´Donell, conocido, tal como informó Vozpópuli, por su trabajo en el Diccionario Biográfico Español, cuyas condescendientes indicaciones sobre asuntos como el 23 F o la Guerra Civil causaron polémica en sectores de la izquierda.

Botella aprovechó el acto para presumir de un monumento que incita a la unidad nacional: “mientras se cuestiona la misma existencia de España como Nación y se trata de devaluar el extraordinario legado histórico y cultural que compartimos todos los españoles, iniciativas como esta representan un aldabonazo en la conciencia de todos los españoles que nos sentimos orgullosos de nuestra Nación”.

Mientras tanto, el Ayuntamiento quiere mover la estatua de Álvaro de Bazán, el marino español que nunca fue derrotado, desde la plaza de la Villa a la calle Montalbán, cerca de la Armada, sustituyéndola por otra de Felipe II que, al parecer, está en un almacén.

Dicen las malas lenguas que, como el consistorio madrileño está literalmente tieso, la alcaldesa se dedica a mover las estatuas de sitio y a anunciar algunas nuevas, aunque no se sepa dónde van, cuánto cuesta, quién las paga… Ya que no hay inauguraciones, al menos se mueven los monumentos, que eso también anima y da impresión de actividad. 

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