El próximo Congreso Federal del PSOE, a celebrarse entre el 29 y 30 de noviembre y el 1 de diciembre, tendrá lugar en el antiguo gran feudo socialista: Sevilla. En esta ocasión, la cita tiene menos de festejo y viene con una marejada de fondo que pone en marcha un gran casting con el que, probablemente, Pedro Sánchez moverá el avispero para renovar las caras del partido.
Una de las figuras más señaladas es el propio anfitrión de la cita, el secretario general del PSOE andaluz y actual portavoz en el Senado del PSOE, Juan Espadas. El sevillano dejó la estable alcaldía de Sevilla para enfrentarse a Moreno Bonilla como oposición. Su puesto lo revalidó en unas primarias que defenestraron a Susana Díaz en junio de 2021.
Desde entonces, la vida no está siendo nada fácil para el PSOE en el que fue su bastión durante más de 40 años. Apenas araña votos o intención de voto al popular Moreno Bonilla. En busca de fuelle, Juan Espadas accedió a compaginar la oposición de la comunidad más poblada de España con la portavocía del Senado. Un terreno en el que también se ve en minoría aplastante, con los 145 escaños del PP por 89 del PSOE.
Una de las intenciones declaradas de Espadas a su llegada al Senado era desnudar las disparidades internas de los barones populares y presidentes autonómicos en lo referente al modelo de financiación. Pero ahora, con el acuerdo de Illa y ERC, precisamente ese tema se le indigesta a los socialistas.
Espadas lleva días haciendo lo que llaman didáctica. Afanándose en aclarar que “no hay un cupo catalán”, que “el PSOE no apuesta por un modelo confederal” y que la base del acuerdo de Illa y ERC contempla la “solidaridad interterritorial”, aunque no se sepa cómo se traduce eso al catalán. Pero esa lealtad que habla de financiación y no ya de amnistía o independencia no le sienta bien a los rumores.
Espadas: “Yo soy resistente”
“Soy resistente”, bromeaba al inicio de su entrevista matinal en Canal Sur Radio, en alusión a los cruces de declaraciones con el PP. Pero esa frase es aplicable a su respuesta posterior sobre si se sentía cuestionado. Es en ese momento en el que Espadas ha sacado acento andaluz y regional, defendiendo su liderazgo vía primarias gracias a los más de “40.000 afiliados andaluces –un 25% del censo nacional- con el sistema de un militante, un voto”, ha dicho.
Espadas resistirá, y se muestra dispuesto a seguir plantando batalla en Andalucía, en todo caso "serán los militantes andaluces, y nadie más los que decidirán, no los analistas ni Ferraz... mientras tanto yo voy a seguir trabajando”.
Desde el entorno de Espadas aseguran que será el próximo candidato a liderar a los andaluces, aunque en los procesos congresuales siempre se dé la oportunidad de ascenso de otros compañeros. El mensaje a Madrid es elocuente. Pero los que ponen en duda su futuro no están solo en el entorno de Sánchez.
En Andalucía, los rumores sobre los retornos a Sevilla de la vicepresidenta primera María Jesús Montero, la resurrección de la expresidenta Susana Díaz o incluso la consagración autonómica de nuevos rostros como la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada son emergentes. Descartadas las primeras por naturaleza orgánica, el Congreso Federal llega como un casting de nuevos rostros que podrían ofrecer mejores réditos desde la oposición.
Es determinante cuál será la posición que adoptan los dos socialistas andaluces con poder institucional y, por tanto, poder real. Los presidentes de las diputaciones de Sevilla y Jaén, Javier Fernández y Paco Reyes. Es aún una incógnita difícil de descifrar la propuesta de Ferraz, pero otro de los nombres que suenan es el de Juan Francisco Serrano, diputado nacional por Jaén y adjunto a Santos Cerdán. Prometedor pero joven, tanto que implicaría una asunción de que las elecciones de 2026 se dan por amortizadas.
Desde Madrid, para Sánchez, la aritmética es tozuda. Sin una Andalucía socialista está condenado a bailar con socios que le obligan a seguir protagonizando un ‘Manual de Resistencia’ eterno. El problema está en el agravio financiero. Desde el PP andaluz calculan que el concierto económico catalán implicará pérdidas de 30.000 millones anuales para Andalucía.
La puja del café para todos obliga a navegar entre el agravio nacionalista medido en miles de millones. Desde las filas socialistas, las voces más independientes asumen que la batalla de cifras, con acento catalán de fondo, resulta en pérdidas para Andalucía. Luis Ángel Hierro, uno de los candidatos que Espadas batió en sus primarias, reta a “que me ponga un ejemplo de país federal en el que exista algo parecido a lo firmado por PSC y ERC. No insultemos la inteligencia de los demás. El PSOE invita desde Andalucía a la vía catalana”. El PSOE exige un cambio de paso en Andalucía, la búsqueda de un nuevo protagonista en la carrera está en marcha.
romrom
Espaldas, si el lider supremo de los seguidores del sanchismo te pide que te hagas el hara-kiri, te lo haces sin rechistar, que ya vas pareciendo un fachoso
nataliany
Easy comes.....
Mazarino
A tragar el SABLE del Chulo,pelota ESPADAS.
hulk1965
Sr. Wancha, a ver si lo "remueven" a Ud. por usar anglicismos e.stúpidos.