La mochila del soldado sevillano pesaba unos 12 kilos contando con el lastre de peso que llevaba como castigo por la mala realización de otros ejercicios. “Ha sido un cúmulo de negligencias lo que ha producido estas muertes”. Así lo ha señalado Luis Romero, abogado de la familia del soldado Carlos León, además de señalar que una de las negligencias más graves es que no existiría línea de vida, sólo una cuerda normal atada de un árbol a otro y que según aseguraban los testigos el capitán Zúñiga, responsable del ejercicio, había dado indicaciones de que no se agarrasen a la cuerda si no era en caso de vida o muerte. El mismo capitán, también dio la orden de soltar la cuerda, cuando está ya se había hundido por el peso y al hacer efecto látigo hundió aún más a los que estaban agarrados a ella.
El soldado Carlos León fue buscado más tarde que el del cabo ya que nadie contaba con que el soldado sevillano estaba en el agua. En medio del caos, el miedo, y los nervios, algún soldado aseguró que había visto salir del agua a Carlos. De hecho, el cuerpo del cabo Miguel Ángel Jiménez fue encontrado sobre las 12.00 horas, tres horas después del inicio del ejercicio y el del soldado bastante tiempo después.
Una vez que han conocido las declaraciones de los soldados ante la Guardia Civil el abogado de la familia, Luis Romero ha asegurado que han conocido las numerosas negligencias que se han cometido lo que les lleva a pedir homicidio doloso por dolo eventual, por eso, el letrado ha asegurado que quiere que las averiguaciones las siga llevando el Juzgado de Instrucción numero cuatro de Córdoba, porque son los únicos capacitados para juzgar un homicidio doloso. No obstante, Romero ha querido destacar el exquisito trato recibido en la justicia militar, donde asegura que ha sido atendido de forma extraordinaria, pero la opción de que la muerte del soldado Carlos León y el cabo Miguel Ángel Jiménez no lo lleve la justicia militar es porque sólo podría juzgarse por homicidio imprudente. De hecho, durante la rueda de prensa, ofrecida en el Hotel Gran Meliá Colón de Sevilla, se ha conocido que el Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba, se ha inhibido en favor del Tribunal Togado Militar número 21 de Sevilla, tras analizar las alegaciones presentadas por las partes personadas en el caso, frente a esto Luis Romero ha asegurado que interpondrán un recurso.
Sin línea de vida, sin lancha ni médicos en la zona
Romero ha querido poner de manifiesto las numerosas negligencias que sucedieron el pasado 21 de diciembre en el cuartel de Cerro Muriano y que pudo haberse convertido en una tragedia mayor con un gran número de fallecidos.
Según las declaraciones de los testigos ante la Guardia Civil, se ha podido conocer al detalle todo lo que rodeo a esa fatídica mañana. Los soldados llevaban varios dias de maniobras, durmiendo poco, y precisamente esa mañana se había levantado a las 5 de la mañana, y habían realizado dos ejercicios previos. Al llegar a la balsa de agua eran casi las 9 de la mañana, el agua estaba turbia y algunos mandos reclamaron al Capitán Zúñiga, que dejase la instrucción para otro día, además del frío que hacía que no ayudaría. Este decidió que había que comportarse como si se tratase de una guerra y que el ejercicio había que realizarlo. En sus declaraciones los soldados aseguraban que no existía una línea de vida como tal, la línea de vida tenía que ser un cable de acero, tensado y con arneses o anillas para agarrarse en caso de necesidad. Por el contrario, lo que allí había era una cuerda corriente, atada a dos árboles que servia de guía y a la que el Capitán Zúñiga aseguró que no debían agarrarse "sólo en caso de vida o muerte"
Los soldados, aseguran, que el frío no les permitía ni gritar, no podían mover las manos ni los pies y empezaron a agarrarse a la cuerda. El Capitán ordenó soltar uno de los extremos para que el efecto látigo llevase a los soldados a la orilla, pero al estar hundida la cuerda por el peso de los soldados, el efecto látigo al soltarla se hizo bajo el agua y lo que hizo fue hundir a los soldados. En la zona no había lanchas de rescate, ni médicos ni ambulancias y fueron los propios soldados los que se rescataban entre ellos, de hecho, eso fue lo que llevó a la muerte al cabo Miguel Ángel Jiménez, salvar a sus soldados.
Un caos que llevó a buscar más tarde a Carlos León
Un caos de gritos, nervios y mucha tensión. Así relataban lo vivido los 40 soldados que ya han declarado ante la Guardia Civil. Aseguran que el Capitán Zúñiga instaba con gritos de "Sargento se le ahoga un soldado por ahí" mientras los compañeros estaban en el agua ataviados con el uniforme, el caso, el fusil y la mochila y el lastre por el castigo. Según aseguran los testigos no fue hasta el final cuando el capitán se metió al agua para intentar rescatar a los soldados que se habían hundido tras su orden de soltar la cuerda.
En medio de ese caos, alguien aseguró que el sevillano de 24 años, Carlos León había salido del agua, por tanto en un primer momento sólo se buscaba el cuerpo del cabo Miguel Ángel Jiménez, no fue hasta transcurrido un tiempo cuando se dieron cuenta que el soldado Carlos León no se encontraba entre los supervivientes y encontraron su cuerpo sin vida en el fondo de la balsa.
Según ha relatado Luis Romero, otro soldado tuvo que ser atendido por los propios compañeros y por otros soldados que pasaron por la zona haciendo deporte y que le practicaron maniobras de RCP que le salvaron la vida. Además hubo tres ingresados por hiportermia en el hospital en Córdoba.
Denuncia ampliada y prisión provisional para el Capitán Zuñiga
Con todos estos datos, el letrado que representa a la familia de Carlos León ha asegurado que ampliará su denuncia conta el capitán y la extenderá a toda la cadena de mando y al Ministerio de Defensa como resposable civil subsidiario. El hecho de ampliar esta denuncia tiene como objetivo que se investigue no solo a los presentes sino también al coronel, al teniente coronel y al general de brigada por estos hechos.
También haa segurado que pedirán la prisión provisional para el Capitán Zúñiga pero eso no se podrá realizar hasta que este no declare ante el tribunal pertinente. Según Romero "con la Amdinistración de Justicia es muy dificil hablar de plazos", pero confía que con la alarma social creada por este caso, los plazos se acorten.