Este miércoles, la Plaza de España en Sevilla, un enclave icónico de la ciudad, ha sido el escenario del acto central del Día de la Policía Nacional, en el que se rinde homenaje a los Ángeles Custodios, patrón del cuerpo.
Sin embargo, este año, la festividad ha estado marcada por la ausencia de público, una medida tomada por el Ministerio del Interior para evitar las muestras de rechazo y abucheos al ministro Fernando Grande-Marlaska, quien ha optado por blindar la ceremonia y evitar así la repetición de escenas incómodas como las vividas en la edición del año anterior en Salamanca.
El evento, que tradicionalmente es abierto al público, este año ha sido restringido únicamente a personas con "invitación nominal". Según fuentes presentes en el acto, la plaza fue descrita como un "fortín", con un control estricto de acceso para evitar cualquier altercado o manifestación en contra del ministro.
Esta decisión ha sido interpretada, no obstante, como una estrategia para evitar un nuevo episodio de gritos y abucheos, como los que se registraron en 2023, cuando Marlaska fue duramente criticado durante el acto celebrado en Salamanca. En aquella ocasión, los asistentes le gritaron "¡Fuera, fuera!" antes y después de su discurso, en medio de un clima de gran tensión política y descontento generalizado hacia la gestión del Gobierno.
Aunque en 2024 Marlaska ha evitado estar en el centro de la polémica, el ministro ha preferido no correr riesgos y ha optado por una estrategia preventiva, blindando la ceremonia en Sevilla.
La polémica de las condecoraciones
Otro aspecto relevante en la jornada ha sido la polémica en torno a las medallas concedidas a miembros del cuerpo de la Policía Nacional. Este año, el Ministerio del Interior ha decidido no otorgar las medallas pensionadas a comisarios jubilados, una medida que ha sido celebrada por los sindicatos representativos del cuerpo, quienes habían mostrado su descontento con la concesión de estas distinciones en años anteriores.
El Sindicato Unificado de Policía (SUP), uno de los sindicatos mayoritarios, ha expresado su satisfacción por el fin de estas concesiones, tras varias sentencias judiciales que habían anulado las medallas otorgadas en los últimos años. Las críticas hacia estas condecoraciones se centraban en que se concedían sin que los beneficiarios cumplieran con los requisitos establecidos, lo que generó una fuerte reacción de los sindicatos, quienes llevaron el caso ante los tribunales. Las resoluciones judiciales terminaron anulando las distinciones más polémicas de los años 2021, 2022 y 2023.
Además, el SUP ha decidido no participar en el acto en señal de protesta, exigiendo la derogación de la ley franquista de 1964 que regula las condecoraciones al mérito policial. Esta normativa, que sigue vigente, permite la concesión de medallas de oro, plata, roja o blanca, con incrementos salariales vitalicios de hasta un 20%, 15% o 10%, respectivamente, para los miembros del cuerpo condecorados. Los sindicatos consideran que esta ley es obsoleta y que genera agravios comparativos, al dejar fuera a agentes que realmente merecen ser reconocidos por su labor.
Por su parte, Jupol, otro de los sindicatos mayoritarios de la Policía Nacional, también ha aprovechado la festividad del patrón para reiterar su petición de una modificación de la ley de 1964. Este sindicato ha enfatizado que su lucha por la equiparación salarial entre los cuerpos policiales sigue vigente, reclamando que los policías nacionales tengan los mismos derechos salariales que otros cuerpos autonómicos, como los Mossos d'Esquadra.
"No es de recibo que un policía nacional cobre hasta 500 euros menos al mes que un Mosso d'Esquadra", han señalado desde Jupol, resaltando la necesidad de que se reconozca la profesión de riesgo que ejercen los agentes, especialmente en lo que respecta a su jubilación.
Un Día de la Policía marcado por la tensión
La festividad del Día de la Policía, que debería haber sido un día de celebración y homenaje, ha estado ensombrecida por el malestar en el seno del cuerpo y las tensiones entre los sindicatos y el Ministerio del Interior. Aunque el ambiente en Sevilla fue tranquilo gracias al control estricto de acceso, la decisión de expulsar al público general del acto central ha generado incomodidad entre algunos sectores de la policía, que ven esta medida como un intento de silenciar las críticas al ministro Marlaska y su gestión.
El Ministerio del Interior ha apostado por reducir las tensiones internas al poner fin a la concesión de las condecoraciones más controvertidas, pero el malestar entre los agentes por la ley de condecoraciones de 1964 y la disparidad salarial sigue siendo temas de fondo que no se han resuelto. Los sindicatos han dejado claro que su lucha continúa y que seguirán presionando para que se modifiquen las normativas que consideran injustas.