El acto político del pasado domingo en Sevilla con el que Ciudadanos quiso relanzar la candidatura e imagen pública del vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, quedó descafeinado por el pinchazo de asistencia ya que sólo estuvieron la mitad de los asesores y cargos orgánicos e instituciones a los que se instó a ir con la advertencia de que la presencia era "obligatoria", según mensajes internos a los que ha tenido acceso Vozpópuli en exclusiva.
El partido naranja distribuyó fotografías del evento a puerta cerrada -no se abrió a afiliados por las restricciones del covid- en las que Marín o la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, saludaban a los asistentes a su llegada al salón de actos o hablaban desde el estrado en sus intervenciones.
Las imágenes eran planos cortos en los que no se apreciaba cuánta gente estaba presente del Palacio de Exposiciones y Congresos, pero la panorámica del anfiteatro que publica Vozpópuli muestra una parte importante de asientos vacíos. Sobre todo, en el lado izquierdo. Además, en varios puntos de la zona central había una separación excesiva entre una y otra persona, por lo que en opinión de algunos de los asistentes el salón de actos quedó "desangelado".
El equipo de Marín había reservado el anfiteatro pensando en una asistencia de unas 500 personas, según fuentes naranjas consultadas por este diario. Cs Andalucía cuenta con algo más de 400 cargos institucionales y orgánicos en estos momentos tras el goteo de bajas en provincias como Granada o Jaén, pero también hubo miembros de la dirección nacional y se cursaron invitaciones a asesores que trabajan en las consejerías que dirige Ciudadanos en la Junta. Buena parte de ellos no están afiliados al partido.
En la panorámica del inicio del acto, con Arrimadas y Marín en primera fila, aparecen unas 200 personas a ojo de buen cubero. Las citadas fuentes elevan a 250 el número total de asistentes ya que no se ven los laterales. En todo caso, ambas cifras suponen que la formación naranja sólo 'arrastró' a la mitad de los invitados que tenían que haber estado en Sevilla.
Y eso que la orden que se impartió a los destinatarios de las invitaciones fue tajante. La presencia en el Palacio de Exposiciones y Congresos era "obligatoria". Por ejemplo, unos días antes del acto, el secretario de Organización de Cs Cádiz, Álvaro Marfil, envió un mensaje a los cargos orgánicos e institucionales en su provincia en el que les indicaba que todos los coordinadores locales tenían que estar sí o sí en Sevilla.
"La asistencia al acto es OBLIGATORIA para todos los coordinadores, no es abierta para todos los afiliados. Necesito que vayáis confirmando la asistencia por este canal o por privado", hizo hincapié Marfil (ver abajo) antes de apremiar a los destinatarios del mensaje a que confirmaran su asistencia ese mismo día por cuestiones organizativas. Desde el equipo de Marín se subraya que este tipo de actos "no son obligatorios" y que "nunca se pasa lista".
El verdadero sentido de la visita de Arrimadas a la capital andaluza fue afianzar el liderazgo de Marín para desactivar a los críticos. Aunque el acto estaban invitados todos los cargos institucionales y públicos de Ciudadanos en Andalucía, solo unos pocos elegidos hablaron en las mesas redondas que organizó la formación naranja. A todos los oradores les unía una fidelidad absoluta a Marín.
Marín 'aparta' a los críticos
Desde la nueva portavoz en el Parlamanto, Teresa Pardo, a los nuevos secretarios autonómicos -Andrés Reche y Javier Loscertales-, pasando por la fiel escudera de Programas, Elena Sumariva, y los dos dirigentes más identificados con el proyecto de Marín: el consejero Javier Imbroda y la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet. El diputado nacional y secretario de Comunicación autonómico, Guillermo Díaz, abrió el cónclave, mientras que Arrimadas y el vicepresidente andaluz fueron los encargados de clausurar la jornada.
El programa del acto excluyó deliberadamente a los críticos con Marín, caso de la consejera Rocío Ruiz o el diputado autonómico y coordinador en Córdoba, Fran Carrillo, quien a finales de julio fue apartado de la portavocía adjunta dentro del grupo parlamentario. Tampoco estuvo entre los oradores el hasta hace poco portavoz en el Parlamento, Sergio Romero.
Marín tuvo palabras elogiosas hacia Ruiz durante su intervención, en un intento por escenificar la paz con su gran rival interna en Cs Andalucía, pero buena parte de los críticos con el liderazgo del vicepresidente fueron "apartados" en los extremos del anfiteatro al asignarles los asientos más alejados.