Si hay algo que sobra en el fútbol son los violentos, en las gradas y por supuesto, fuera de ellas. Por este motivo precisamente, una pelea multitudinaria el pasado mes de septiembre en Pamplona, veinticinco ultras del Sevilla fueron detenidos este lunes, algunos de ellos en los aeropuertos de Sevilla y Málaga cuando se disponían a viajar a Lenns para acompañar a su equipo. El domingo, el ministro del Interior en Francia, Géralrd Darmanin anunciaba en rueda de prensa que se prohibía el desplazamiento de los aficionados sevillistas: “Del 12 de diciembre de 2023 a las 10:00 al 13 de diciembre de 2023 a las 3:00 de la madrugada, está prohibida a toda persona que se comporte como seguidor del Sevilla acceder al estadio Bollaert-Delelis de Lens o a sus aledaños bajo penas de hasta seis meses de cárcel y multas de 30.00 euros”. Pese a ello y por lo injusto de la norma avisando tan solo horas antes, el Sevilla FC interpuso un recurso que permitió a los aficionados poder asistir al partido, donde finalmente el equipo quedó eliminado de toda competición europea para esta temporada.
Este de Lens es uno de los ejemplos que por culpa de los ultras “pagan justos por pecadores”, pero no es el único. Los violentos hacen que las ciudades se protejan y eviten su visita y los aficionados que viajan de manera pacífica con sus familias y que por culpa de esta lacra no pueden disfrutar de un partido de fútbol fuera de casa. Recientemente se ha conocido que los aficionados del Real Betis no podrán acudir este fin de semana a Anoeta, porque la Real Sociedad asegura que junto a los ultras verdiblancos accedieron el año pasado, aficionados del frente atlético, el grupo ultra del Atlético de Madrid que asesinó hace 25 años a un aficionado de la real, Aitor Zabaleta, y que como homenaje a él prohiben la entrada. El club verdiblanco aún no ha hecho una declaración oficial de las medidas al respecto, pero los aficionados se han mostrado muy enfadados con la medida, asegurando que deben ser las medidas de seguridad de la propia Real Sociedad la que controle quien entra al estadio y no anular las entradas ya compradas hace tiempo según la IP con la que se haya realizado dicha compra, detectando así que son de Sevilla. Algo parecido lleva haciendo el FC Barcelona un par de temporadas, y es que fuera de la zona visitante los aficionados del equipo rival no pueden llevar ninguna indumentaria que los identifique, cargándose así la esencia del fútbol.
Pese a ello, estas detenciones no consiguen acabar con esta lacra. Los ultras, siguen siendo una realidad constante en el fútbol español. Estos grupos radicales que generan controversia y preocupación en los estadios y fuera de ellos por sus comportamientos violentos, cada vez crecen más. A pesar de los esfuerzos por erradicar esta problemática, los ultras persisten en su afán de protagonismo. Es fundamental que las autoridades y los clubes trabajen en conjunto para garantizar la seguridad en los partidos. Es responsabilidad de todos promover un ambiente sano y pacífico en las gradas, pero cada vez más, los violentos se están apropiando del fútbol con el beneplácito de los clubes.
Los Biris y la operación Makila
Antes del derbi que los enfrentaría al Real Betis el pasado mes de noviembre, 40 ultras se adentraron en la ciudad deportiva del Sevilla FC y llegaron hasta el vestuario donde se reunieron con los jugadores. Si realmente hay que eliminar a los violentos del fútbol no se les puede dar las llaves de ningún club por su animación en las gradas o por la presencia de tifos que hagan más vistoso el encuentro de fútbol. Aunque aun no han trascendido es muy posible que muchos de los que acudían aquella mañana al entrenamiento sevillista estén ahora detenidos y tengan prohibida la entrada a los estadios de fútbol.
La operación Makila dirigida por el Juzgado de Instrucción número 5 de Pamplona ha sido la encargada de detener a los ultras sevillistas y de Osasuna este lunes. La investigación continúa abierta a la espera de que pudiera haber más detenidos. A los 34 detenidos hasta el momento, veinticinco de ellos Biris, ya se les imputa delitos de riña tumultuaria y desórdenes públicos. Los arrestos han tenido lugar en Pamplona, Sevilla y Málaga.
Según recuerda la Policía, en la mañana del 23 de septiembre, sobre las 10:00 horas, miembros de Indar Gorri y de Biris Norte desataron una reyerta en la que emplearon objetos contundentes y mobiliario urbano, lo que motivó la intervención de los agentes para neutralizar los incidentes. Tras la riña tumultuaria inspeccionaron algunos de los vehículos en los que se desplazaron los radicales del equipo sevillista, donde encontraron dos artefactos explosivos improvisados, compuesto de un aerosol y un petardo de grandes dimensiones. Por ello, ese día detuvieron a dos personas por delitos de riña tumultuaria y tenencia de materiales explosivos. A raíz de la reyerta se inició una investigación para identificar a todos los implicados en los hechos. Una vez restablecida la normalidad e identificados los aficionados del Sevilla, en cumplimiento de la Ley del Deporte y para evitar más incidentes y de mayor gravedad, la Policía acompañó fuera de Pamplona a dicho grupo y se les retiraron las entradas que portaban para ver el partido en El Sadar.