El asesinato de Erika Yunga Alvarado, de 14 años, en Oviedo conmocionó a toda la sociedad en el mes de abril de 2022. Su autor, Igor Postolache, aceptó la condena a prisión permanente revisable cuando se cumplía el primer aniversario del trágico suceso. Este miércoles ha sido localizado muerto en su celda de la cárcel de León, según ha avanzado 'El Comercio'.
Este hombre, moldavo de 33 años, ya había sido denunciado en anteriores ocasiones por sucesos con menores. El pasado mes de abril fue condenado a prisión permanente revisable por la violación y asesinato de la menor en Oviedo. Precisamente, se da la circunstancia de que este mismo día iba a ser trasladado a otro centro penitenciario.
Los primeros indicios, según el citado medio, apuntan a que este delincuente se habría quitado la vida. La sentencia confirmó que este hombre mató "con ensañamiento y alevosía" a la menor, de forma premeditada el pasado 5 de abril de 2022.
Un crimen 'atroz'
Erika Yunga Alvarado, de 14 años, regresaba a casa del colegio cuando fue abordada por uno de sus vecinos. Este hombre llevaba poco tiempo viviendo en el número 69 de la calle Vázquez de Mella. Fue agredida en el rellano y el agresor la introdujo en el interior de su piso en la primera planta. La Policía Nacional tuvo que acceder a la vivienda por la ventana ya que se atrincheró y no abría la puerta, según informaron a 'Vozpópuli' fuentes cercanas al caso.
La familia fue la que se alertó, pasadas las tres de la tarde, ya que Erika llamó al telefonillo pero no llegó a subir a su casa en el cuarto piso. Después hallaron un gran rastro de sangre en la escalera y por eso avisaron a la Policía Nacional. El rastro llegaba hasta la vivienda de un primer piso pero nadie abrió. Por ello, los agentes tuvieron que acceder al inmueble por una ventana.
Obsesión con Erika
Ya dentro encontraron a la joven con varias heridas por arma blanca y al presunto agresor gravemente herido. La menor murió instantes después de la llegada de los policías. El cuerpo de la niña tenía multitud de heridas. También sufrió una agresión sexual.
Los Yunga Alvarado llegaron a España hace dos décadas desde Ecuador y pidieron ayuda a las Religiosas de María Inmaculada, las mismas monjas que este viernes organizan el funeral de la adolescente. Desde ese momento mantuvieron una gran relación con esta congregación y participaban activamente en ella. Algunos de estos residentes manifestaron que el hombre estaba "obsesionado" con la niña y en algunas ocasiones la llegaba a seguir.