El departamento de Asuntos Internos de la Policía Municipal de Madrid ha abierto una investigación sobre la desaparición de una minuta (atestado), con cocaína incluida, que habían redactado dos agentes el día de Viernes Santo de este año, según confirmaron fuentes municipales. Todo comienza cuando los dos policías retienen a una mujer, que se dirigió a los agentes y les dijo: “Yo conozco a un sargento y no me pasará nada”. Los dos funcionarios hicieron su trabajo sin atender a la amenaza de la ciudadana.
Ese día una pareja de la policía municipal interceptó a una pareja en la zona de Atocha y tras registrarles les encontró una dosis de cocaína a cada uno. Iban sin documentación, por lo que fueron trasladados a la comisaría donde fueron identificados. Los agentes hicieron el atestado en la unidad de Centro Sur, situada en la calle Montera, y allí adjuntaron a los papeles la droga incautada y terminaron su jornada laboral. Lo normal es que al día siguiente los compañeros continuaran con la gestión de esa denuncia y terminara en una sanción. Pero desapareció el atestado y la droga de la mujer, aunque sí se encontró la documentación y la coca de su compañero. Pero en el caso de ella, se buscó y no se encontró, un suceso que hizo que la policía iniciara las pesquisas para averiguar lo ocurrido.
Este tema no ha trascendido a los responsables de Asuntos Internos y ha terminado con el traslado de las personas implicadas en un intento por ‘taparlo’
Partes de servicio
En esa misma unidad se han venido produciendo en los últimos meses algunas irregularidades administrativas en los partes de servicio que podrían incluir un presunto delito de falsificación de documento público. Este tema, que es conocido entre los agentes, no ha trascendido a los responsables de Asuntos Internos y ha terminado con el traslado de las personas implicadas en un intento por ‘taparlo’.
Se ha justificado el traslado de cuatro o cinco policías “por necesidades del servicio” cuando la realidad es que el oficial de la unidad conocía las irregularidades y ha preferido enviar a los agentes a otros destinos para no afrontar el problema. En total, la trama estaría formada por cuatro agentes y un cabo que falsificaban los partes de servicio, lo que les permitía acumular más productividad y por lo tanto más retribución. Ponían en los documentos que trabajaban cuando en realidad estaban en su casa. Además al contabilizar más días trabajados, les permitía acumular más libranzas. Cuando se conoció el asunto estos funcionarios fueron trasladados a la calle y, según algunas personas que conocen el asunto, hacen menos horas que las estipuladas.