La sentencia de la Audiencia Nacional que esta semana ha condenado a la célula terrorista de Terrasa también da carpetazo definitivo a uno de los conflictos más graves que han enfrentado en los últimos años a los Mossos d'Esquadra contra la Policía Nacional. La resolución zanja que la Policía no dio un chivatazo a los terroristas que estaban siendo investigados tal y como denunció el cuerpo autonómico en 2015, llevando al máximo la tensión entre ambos cuerpos.
Aunque el juez central de Instrucción Número Uno, Santiago Pedraz, archivó por dos veces en su día esta denuncia de los Mossos, ahora la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal vuelve a referirse a esta polémica para enterrarla definitivamente. Considera que no se ha "constatado que ningún cuerpo policial haya avisado a uno u otro de los investigados que estaban siendo objeto de vigilancia". La sentencia, de casi 200 folios, hace alusión a estos hechos porque los abogados de los acusados lo usaron para alegar que se había provocado el delito de sus clientes, algo que el tribunal descarta.
Según el informe realizado al respecto por la policía catalana al que tuvo acceso Vozpópuli, el presunto chivatazo se produjo el 7 noviembre de 2014. Los Mossos llevaban ya tiempo detrás del grupo Fraternidad Islámica en el que llegaron a introducir a uno de sus agentes encubiertos. Aquella tarde estaban controlando una reunión en la tienda de uno de los investigados en Terrasa.
La denuncia de los Mossos
Había varios miembros de la célula. En un momento dado, aparecieron dos integrantes del comando con otras dos personas -desconocidas hasta entonces para los investigadores- que estaban allí para avisarles de que los Mossos les estaban investigando. Y citaron a su fuente: un policía. Los Mossos, como informó este periódico, llegaron a vigilar a mandos de la Policía Nacional para averiguar quién dio el soplo a los terroristas.
La sentencia de la Audiencia Nacional, en cambio, dice que la visita de esas dos personas tenía por objeto "que los miembros del grupo investigado dejaran durante un tiempo de reunirse y verse en la tienda". También que cesaran de forma "temporal" los encuentros. El tribunal dice que en ese momento había una "recíproca sensación de desconfianza" entre los integrantes de la célula, pero niega que hubiese un soplo policial.
La resolución admite que los Mossos detectaron a agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil en "lugares próximos" a la investigación, pero añade que "como sucede en otros casos, se actuó de acuerdo con las normas del protocolo previsto para tales contingencias mediante una reunión de coordinación entre cuerpos policiales concurrentes, tras la que, dado el visto bueno a la retirada del lugar de los agentes de la Policía Nacional, los Mossos d´Esquadra continuaron con la investigación".
El tribunal se basa en las declaraciones de agentes de los cuerpos implicados que declararon en el juicio para decir que este tipo de situaciones son frecuentes en investigaciones de este tipo. La sentencia obvia la denuncia que hizo al menos un mosso durante el transcurso del juicio. Durante la sesión del pasado 5 de febrero en la Audiencia Nacional, el agente insistió en que la Policía Nacional dio un chivatazo a los terroristas poniendo en riesgo la investigación.
Es cierto, como dice la sentencia, que se produjo una reunión entre los Mossos y la Policía para tratar de solucionar la situación. Fue el 23 de octubre de 2014, pero la versión de los Mossos sobre lo que pasó después no es tan amigable. Según el informe que remitieron al juez Pedraz en su día y al que ha tenido acceso Vozpópuli, siguieron detectando la presencia de la Policía Nacional en lugares de la investigación. Según denunciaron, su presencia también fue detectada por los investigados.