La música de Ennio Morricone para 'El bueno, el feo y el malo' podría haber sido la banda sonora perfecta para el debate entre los candidatos a la Portavocía Política de Ciudadanos. Había un cowboy del que todo el mundo esperaba guerra, Edmundo Bal. Dio la sorpresa Patricia Guasp, que ha mantenido un tono comedido toda la campaña y sacó a pasear toda la artillería. Marcos Morales, el candidato de la lista minoritaria 'La Base del Cambio', también dio espectáculo, y salió a la palestra con el cuchillo entre los dientes al más puro estilo apache.

El debate fue vibrante, y no por beligerante puede tildársele de irrespetuoso. Eso sí, nadie escatimó en cañonazos. Edmundo Bal puso en el disparadero al eurodiputado Adrián Vázquez, candidato a la secretaría general de la formación naranja en la lista de Guasp. Bal vino a señalar que Vázquez fue el germen de su 'rebelión' contra Inés Arrimadas.

Según el portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Vázquez le citó para comer tras la debacle de las elecciones andaluzas, cuando el partido pasó de cogobernar la región a no lograr ni un solo escaño. En aquella conversación, Vázquez habría dicho a Bal que Inés Arrimadas no podía seguir siendo la líder en el partido, ni permanecer en el Congreso de los Diputados. "Se debería quedar en el Congreso llevando los temas internacionales", habría apuntado el eurodiputado.

Esta es la versión del ex abogado del Estado, quien ha asegurado en el debate que su reacción fue de sorpresa: "¿Pero estás loco Adrián?". Es la primera vez que da tantos detalles sobre aquella conversación, de la que ha ido dando apuntes en varias entrevistas. Vázquez, consultado por este diario, señala que se trató de una conversación privada y que él solo habló de liderar el partido. Bal también ha afirmado que fue él quien puso en contacto a Vázquez con el jefe de Gabinete de Arrimadas, David Martínez, para iniciar la Refundación.

Guasp se presentará a las elecciones generales

Interpelada tanto por Morales como por Bal, Guasp ha anunciado por primera vez su intención de presentarse a las primarias para liderar a Ciudadanos en las elecciones generales. Por el momento, había permanecido en silencio sobre esta posibilidad. Eso sí, Guasp tendrá una prueba previa, las elecciones autonómicas de Baleares, a las que también se presentará.

La diputada balear ha cargado contra los cambios de postura de Bal en los últimos meses: "¿A qué Edmundo Bal tenemos aquí? ¿Al que mandó un mensaje a Ayuso diciendo que vamos a gobernar juntos? ¿Al que dice que hay que recuperar los valores de 2016 o al que se achanta porque Rufián le llame facha? El valor más importante de un político es la palabra y has demostrado no tenerla".

Fobia al PP

Los recientes rumores de acercamiento del PP para fichar a altos cargos de Ciudadanos también han hecho acto de presencia en el debate. "Conmigo, nunca vamos a ser una corriente del PP. Es más, yo nunca aparezco en ninguna quiniela de candidatos a fichar por los populares. ¿Podéis decir lo mismo? ¿Vamos a ir a la manifestación de Vox del día 21? ¿Nos vamos a hacer fotos con la asociación 'Pie en Pared' -fundada por Juan Carlos Girauta y Marcos De Quinto-? Ciudadanos tiene que ser un partido autónomo con nuestras propias ideas", ha aseverado Bal.

Guasp ha asegurado que ella nunca estará en el PP, pero que habrá que ver "si Edmundo Bal acaba en el PSOE": "Nuestra candidatura es un equipo transversal. Tú te has referido solo a la España del Congreso, y esos no son los problemas de la gente. Llevas tres años en la dirección del partido y desde marzo de 2020 estás en la Ejecutiva, y aseguras no ser continuista. La dirección que criticas eres tú. Tú formas parte de ella. En agosto te reconocías como el fiel escudero de Inés Arrimadas", ha afirmado la balear dirigiéndose a Bal.

Mientras ambos seguían lanzándose ataques, Morales tenía para todos: "De los valores de nuestros concejales no dudo, pero dudo de los valores de la gente que dirige este partido". En cuanto al espacio ideológico, Bal ha insistido en que Cs no debe desmarcarse del liberalismo progresista. "La batalla cultural implica arrebatarle a la izquierda la palabra progresista. En este partido hace falta un ensanchamiento ideológico donde quepa el centro-izquierda y el centro-derecha".

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