Baltasar Garzón ha vuelto a la actualidad para declarar que volverá a la política porque "es el momento, ya que estamos asistiendo a un panorama bochornoso por parte de el Gobierno". Así se ha expresado en una entrevista al diario El País en la que el exmagistrado se muestra ansioso por retomar su trabajo en la Audiencia Nacional, donde pasó 22 años de su carrera, pero para lo que tendrá que esperar a 2021.
Condenado por sus escuchas a la trama Gürtel e inhabilitado hasta 2021, asegura que el día en que expire su condena (1 de mayo) volverá para tomar posesión de su cargo de juez. Mientras tanto, mantiene diferentes puestos de trabajo en varios países, entre los que está su labor como abogado de Julian Assange, fundador de Wikileaks.
Las palabras de Garzón vienen motivadas por 'las preocupantes posiciones ideológicas' que se están viendo en el panorama político. "Siempre he pensado que la Política no es un terreno acotado, estoy en contra de los políticos de profesión. Es una vocación de servicio en la que hay que dar todo y recibir muy poco. Yo ya estoy haciendo política, a través de la denuncia, el debate, la exigencia", comenta. Sin embargo, advierte de que no va a ir en ninguna lista pese a no arrepentirse de su etapa en el PSOE, de la que recuerda que se marchó porque creía que podría tener más fuerza para cambiar algunas cosas y se equivocó y se marchó por ello, "no porque no me hubieran hecho ministro".
El exmagistrado dice no sorprenderse porque Gürtel pagara 30.000 euros de la boda de la hija de Aznar porque con sus investigaciones descubrió una trama perfectamente urdida "en la que unos señores se estaban nutriendo de lo público y otros desaprensivos se llevaban el dinero al extranjero. Gobierno y PP están diciendo que no tenían nada que ver, es denigrante para el sistema democrático", explica.
Sobre la injerencia del PP en las investigaciones judiciales, Garzón se muestra firme, comparando los escraches que criminaliza el Gobierno con los que ellos hacen contra los jueces que investigan la corrupción: "Les atacan, les denuestan, les acusan de afán de protagonismo. El CGPJ debería dejar de mirarse el ombligo y proteger la independencia de los jueces".
Garzón no se arrepiente de su decisión de ordenar las grabaciones que posteriormente le acarrearon su inhabilitación, y recuerda que la prueba de que aquella línea de investigación era la adecuada son las sumas de dinero que han aparecido en Suiza.
La imputación de la infanta y Otegi
Preguntado sobre la suspensión de la imputación de la infanta Cristina por el caso Nóos, Garzón comenta que la Audiencia debe respetar la decisión del instructor, aunque admite que el problema es el 'circo que se monta cuando se llama a alguien a declarar, porque parece que ya se le está condenando y no es así'. En su opinión, debería haber sido la propia infanta quien hubiese acudido voluntariamente a colaborar con la Justicia.
Garzón también defiende que hay que interpretar la situación en relación a la banda terrorista ETA en cada momento, y que pese a que él mismo decretó el ingreso en prisión de Arnaldo Otegi en 2009, éste ha dado muestras de su posición a favor de la paz "y quizás en determinados momentos la prisión no es el lugar más adecuado", ya que hay alternativas. Además, añade que la prisión no puede ser un acto de venganza del Estado o de las víctimas, y "mantener a alguien como el etarra Bolinaga en la cárcel habría sido inhumano y nosotros no debemos serlo, aunque él lo fuera".