“Hay que aguantar el chaparrón, la crisis económica, la de la Corona y el problema catalán no dejan margen para un cambio de Gobierno”, comenta alguien que conoce bien a Mariano Rajoy. De hecho, el presidente ha pedido calma a los suyos, no quiere precipitarse en las decisiones y sigue en su tesis de ganar tiempo a través de la investigación interna y la auditoría externa a las que se ha comprometido para arrojar luz sobre la contabilidad del partido. El sábado ha convocado comité ejecutivo extraordinario, en el que habrá, previsiblemente, un estratégico cierre de filas. Ya no hay un antes y un después en la defensa de las ocho ejecutivas que trabajaron bajo la sombra de Luis Bárcenas, todas ellas actuaron de forma honorable, según enfatizó María Dolores de Cospedal este jueves. Todo el partido se siente amenazado. La propia Cospedal ha convocado también para el domingo un comité extraordinario en Castilla-La Mancha. Quiere acelerar al máximo la investigación interna, que se presume acabará con algún cadáver político en la cuneta. Será menos suave de lo esperado, aseguran fuentes del PP.
Rajoy ha convocado un comité ejecutivo extraordinario para el sábado y Cospedal otro para el domingo en Castilla-La Mancha: se quiere acelerar la investigación interna
Es en este clima de opinión donde algunos ministros no ven cabida en estos momentos para responder al ‘caso Bárcenas’ con un baile ministerial. “Tenemos a la Monarquía en estado comatoso, a Cataluña camino de la secesión, la economía solo mejora en algunos grandes números, pero en la calle se ven escenas de pobreza que se parecen mucho a las de Grecia y, por añadidura, observamos a la oposición desarticulada, con un liderazgo muy endeble. En estas circunstancias, plantear una crisis de Gobierno sería absurdo”, comenta un ministro.
Antes de que se conocieran las anotaciones contables salidas supuestamente de Génova, 13, estaban colocados en la diana tres ministros, los que tuvieron responsabilidades como coordinadores o secretarios de área del partido entre 1999 y 2008. Se trata de Cristóbal Montoro, Ana Pastor y Ana Mato, titulares de Hacienda, Fomento y Sanidad. Pero ni siquiera todos ellos figuran en estas anotaciones y, en cambio, sí están desde el propio Mariano Rajoy hasta Javier Arenas, quizá la persona en la que más confía el presidente después de Cospedal. Por tanto, añaden las mismas fuentes, “no tendría sentido responder a este escándalo con una crisis de Gobierno que no haría sino desestabilizar todavía más la situación y transmitir un mensaje de mayor debilidad”.
"No tendría sentido responder a este escándalo con una crisis de Gobierno que no haría sino desestabilizar todavía más la situación y transmitir un mensaje de mayor debilidad", comenta una fuente ministerial
En el Gobierno se opina que una crisis de esta naturaleza tampoco supondría un regalo para el PSOE. Quizás, sí para Alfredo Pérez Rubalcaba, necesitado de palancas para consolidar su discutido liderazgo en el partido. “Pero no nos engañemos, todos sabemos que hoy los socialistas no son alternativa, en estos momentos no están preparados para gobernar”, comentan las mismas fuentes. El PSOE reunirá hoy a su dirección con carácter extraordinario para inyectar solemnidad “al crítico momento que vive España” y Rubalcaba va a escuchar varias propuestas, entre ellas, la de emplazar al presidente del Gobierno a que se someta a una cuestión de confianza. “Estamos seguros de que no van a adelantar las elecciones, ni tampoco creemos que vayan a hacer crisis de Gobierno, a pesar de la debilidad de Montoro. Por eso lo más sensato es que el presidente se someta a una cuestión de confianza, vamos a intentar hasta el final que dé la cara en el Parlamento”, asegura un miembro de la ejecutiva federal.
"Vamos a intentar hasta el final que Rajoy dé la cara en el Parlamento", anticipa un miembro de la ejecutiva socialista
El presidente y su entorno saben que les esperan momentos difíciles porque circula mucha mercancía sobre las finanzas del partido que anticipa una especie de largo serial. La duda es si en estos momentos que el propio Rubalcaba califica de “críticos”, está habiendo contactos entre Ferraz y Moncloa para establecer un perímetro de seguridad. Consta que este contorno opera para el problema catalán, donde la fluidez en la comunicación es máxima, pero queda por confirmar si esta actitud se extiende también a la lacra de la corrupción, aunque el fingido duelo parlamentario protagonizado el miércoles entre Rajoy y el líder de la oposición invita al silencio positivo. Fuentes socialistas ni siquiera niegan con rotundidad que se haya producido un aviso de Zarzuela a La Moncloa y al primer partido de la oposición para que se guarden las formas. "Es lo que siempre hemos conocido en momentos difíciles, aunque en este caso la Corona tenga poca autoridad para dar consejos", confiesan en el PSOE.