A pesar de los casi 130.000 votos obtenidos por la candidatura encabezada por Edmundo Bal en las elecciones autonómicas del 4 de mayo, Ciudadanos no consiguió entrar en la Asamblea de Madrid al no alcanzar la barrera electoral del 5% que la Ley Electoral de la Comunidad de Madrid exige para poder obtener escaños en el Parlamento regional. Se quedó en un 3,57% de los votos con el que, sin embargo, sí podría haber conseguido diputados regionales en ocho comunidades autónomas donde la barrera se sitúa en el 3%.
Aunque en muchos aspectos todas las comunidades autónomas están obligadas a regirse por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, todas menos Cataluña han desarrollado sus propias leyes electorales para los comicios autonómicos. Si bien en cuanto al reparto de escaños todas las comunidades autónomas utilizan la fórmula D'Hont y listas cerradas, la barrera de voto varía de unas a otras entre el 3% y el 5%, que algunas aplican a cada circunscripción o provincia y otras, al total del voto en la región.
Por ejemplo en Navarra, que cuenta con una única circunscripción al igual que Madrid, Ciudadanos habría podido entrar en el Parlamento regional con el mismo 3,57% que obtuvo la candidatura de Bal en Madrid. Mientras otras formaciones lograron un diputado por cada 26.000 votos obtenidos en las elecciones del 4-M en Madrid, Ciudadanos se quedó sin uno solo de los 136 escaños que tiene la Asamblea recibiendo 130.000 votos (cinco veces más de lo que le costó cada diputado a los partidos que sí superaron el 5%).
"Si el estatuto de autonomía de la Comunidad dice que el sistema electoral debe ser proporcional, ¿qué proporcionalidad hay en que una lista que ha obtenido 130.000 votos, como la de Ciudadanos, no haya conseguido ningún escaño?", cuestiona el politólogo Manuel Mostaza, director de Asuntos Públicos de ATREVIA, quien apuesta por abrir una reflexión sobre si el umbral de voto en algunas comunidades que tienen la barrera en el 5%, como Madrid, deberían bajarlo al umbral del 3% que rige a nivel nacional y en otras autonomías.
"Cuando una comunidad autónoma elige poner la barrera en un porcentaje tan alto como el 5%, te puedes dejar fuera a un número importante de electores y sensibilidades fuera", señala Mostaza. "En Madrid se reparten 136 escaños, ¿cómo es posible que una lista que ha conseguido 130.000 votos no tenga ninguno y, sin embargo, si hubiese conseguido pasar del 5% automáticamente le corresponderían siete? Creo que es algo que la sociedad española y la sociedad madrileña debemos reflexionar un poco", añade.
Ocho CCAA tienen la barrera en el 3%
En las elecciones generales, la LOREG sitúa la barrera del voto en el 3% en cada circunscripción. Sin embargo, en las autonómicas varía según la ley electoral de cada región. Un total de ocho comunidades autónomas tienen la barrera en el 3%: Andalucía, Aragón, Cataluña, Navarra, Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, y País Vasco.
En otras regiones como Galicia, Extremadura e Islas Baleares la barrera electoral es del 5% en cada circunscripción. La misma barrera se aplica en Madrid, Murcia, Cantabria y La Rioja, que tienen una única circunscripción, mientras para conseguir escaños en la Comunidad Valenciana es necesario obtener un 5% pero no en relación al porcentaje de votos de la circunscripción sino de todo el territorio de la región.
Caso único es el de Canarias que combina una doble barrera del 4% en todo el territorio autonómico y del 15% en cada isla.
En casi todas las comunidades autónomas cada provincia equivale a una circunscripción, pero hay excepciones. Por ejemplo, las insulares utilizan cada isla, y Asturias, uniprovincial, se divide en tres (central, occidental y oriental). Murcia, que dividía su territorio en cinco circunscripciones, cambió su sistema para que la circunscripción sea ahora única.
