El Instituto de las Mujeres, organismo adscrito al Ministerio de Igualdad, ha licitado un contrato valorado en 121.000 euros para sensibilizar a la población contra los estereotipos de género basados en los cánones de belleza femeninos.
"La eterna juventud, la extrema delgadez o una perfección corporal idealizada, contribuyen a la cosificación y sexualización de las mujeres y provocan graves consecuencias biopsicosociales en las mismas. Todo ello constituye una forma de violencia simbólica", recoge la memoria justificativa del mismo.
Según el órgano de contratación, la igualdad real y efectiva de hombres y mujeres se ve obstaculizada por los estereotipos o prejuicios de carácter cultural, que inciden en las actitudes y comportamientos sociales e individuales, así como en las relaciones interpersonales.
"Entre esos estereotipos de género la cosificación o concepción de las mujeres como un objeto sexual o decorativo es uno de los más representados en los medios de comunicación y la publicidad, y uno de los que contribuyen de manera más clara y directa a coadyuvar a la violencia contra las mujeres", sostiene el Instituto de las Mujeres.
Esta cosificación del cuerpo femenino -continúa- está asociada con unos modelos normativizados de belleza que se transmiten de manera sistemática a través de la publicidad, los medios de comunicación, industrias como la moda, los tratamientos y cirugía estética e, incluso, a través de actividades culturales y de ocio como videojuegos, cine, cómics, espectáculos teatrales, videoclips musicales, perfiles de redes sociales, etc.
Cánones de belleza
"Los cánones de belleza se basan, principalmente, en aspectos como la juventud, la delgadez y unas proporciones corporales determinadas, en las que puede destacarse el tamaño del busto, presentadas como perfectas o ideales, y que se consiguen de manera artificial mediante tratamiento digital de la imagen en los vídeos o las fotografías que se difunden", denuncian.
Y alertan: "la elevadísima frecuencia con la que se reproducen estos modelos de belleza femeninos estereotipados los han convertido en una referencia insoslayable para la generalidad de las mujeres, especialmente las más jóvenes; en un mandato social que termina por convertirse en un baremo para juzgarlas, tanto en lo personal como en lo público o profesional, por encima de sus competencias, capacidades o habilidades".
De acuerdo a las explicaciones del organismo que dirige Antonia Morillas, esta situación genera un marco de sugestión para las mujeres "que terminan por valorar sus cuerpos de forma negativa, por rechazarlos al considerarlos imperfectos, e influye de forma directa en su autoestima y, por tanto, en sus aptitudes y en su confianza personal para relacionarse con el mundo".
La situación se ha agravado con la influencia de las redes sociales, sobre todo las más comunes entre la adolescencia
En este sentido, explica el Instituto de las Mujeres, el Consejo de Europa, en su Resolución 1557 (2007) sobre la Imagen de las Mujeres en la Publicidad subraya que la exposición de "cuerpos ideales" puede influir negativamente en el autoestima, especialmente en la adolescencia, provocando incluso trastornos de conducta alimentaría (TCA) u otros relacionados con el sometimiento a la imagen y a no alcanzar dichos ideales de belleza.
"La situación se ha agravado con la influencia de las redes sociales, sobre todo las más comunes entre la adolescencia y la juventud, donde la apariencia física constituye un elemento fundamental para tener éxito, y a través de las que se critica de manera ofensiva a aquellas que no se ajustan al canon", denuncian.
Objetivo de la campaña
El Instituto de las Mujeres pretende transmitir "que existen muchos tipos de mujer que no se ajustan a los estereotipos de género, y mostrarlas empoderadas, satisfechas con sus cuerpos, sea cual sea su edad, masa corporal, color, estatura o resto de características físicas". "La campaña persigue inspirar seguridad y autoconfianza a la generalidad de las mujeres, demostrando en tono constructivo que la belleza no está sujeta a unos cánones estandarizados ni es la única característica que las define", señalan.
Se trata, insisten, de contrarrestar la mirada actual sobre las mujeres con ideas como que "no hay tallas ideales ni cuerpos femeninos imperfectos, sino diversidad física y cuerpos reales frente a cuerpos irreales tratados digitalmente".
Otra idea que quieren combatir es que "el reconocimiento del valor, el mérito o el éxito de las mujeres no esta relacionado con su aspecto físico, sino, como en el caso de los hombres, con sus capacidades, habilidades y actividades". "La constante cosificación de las mujeres favorece la discriminación y coadyuva a la violencia de género", determina el organismo adscrito a Igualdad.
Además, inciden en que la belleza no es equiparable a la salud. "Los tratamientos y cirugías no solo tienen un coste económico, también pueden tener un coste personal que hay que conocer y valorar", advierten.
La empresa adjudicataria del contrato valorado en 121.000 euros deberá adoptar un tono para la campaña "positivo y constructivo, sin incurrir en un excesivo carácter institucional, sino cercano". Según recoge el pliego de prescripciones técnicas del contrato, el tono no contendrá matices de reproche, sino de reflexión y estímulo.
El Instituto de las Mujeres establece que el público objetivo principal de la campaña son las mujeres "con el fin de fortalecer la percepción positiva de sus cuerpos y mejorar su autoestima", pero también incluye como público objetivo secundario al conjunto de la sociedad y "los sectores que más cosifican a las mujeres, para incidir en la erradicación de la mirada y la representación de las mujeres como objetos sexuales".