Tras una primera oleada de coronavirus -aún inconclusa- que ha puesto en jaque al país, el Gobierno anuncia la creación de unas "reservas estratégicas" para hacer frente a posibles rebrotes de envergadura que puedan aparecer en el futuro. Los expertos apuntan al próximo otoño como el horizonte de mayor riesgo. Pero gestionar esos fondos de contingencia -medicamentos y material sanitario- no está exento de obstáculos. Las fechas de caducidad y encontrar lugares apropiados para su almacenamiento dificultan las labores del Ejecutivo para cumplir la prometida misión.
El presidente del Gobierno, en entrevista televisiva de este jueves, señalaba que el Gobierno y las Comunidades Autónomas trabajaban desde hace tiempo en hacer acopio de esas reservas estratégicas frente a futuros brotes. Fuentes del Ejecutivo consultadas por Vozpópuli detallan, no obstante, las trabas que se están encontrando los diferentes ministerios.
Primero, por la fecha de caducidad de las adquisiciones. Varios colectivos de funcionarios durante el estado de alarma que las mascarillas o los equipos de protección que habían recibido para protegerse contra el coronavirus estaban caducados. UGT Andalucía denunció que los profesionales sanitarios de Málaga habían recibido mascarillas que habían caducado en agosto de 2014. Un problema similar al que sufrieron los policías nacionales destinados en Córdoba.
El riesgo de adquirir un gran 'stock'
Al Gobierno no le basta con adquirir grandes cantidades de stock, corre el peligro de que quede obsoleto con el paso del tiempo. En el caso de las mascarillas, el deterioro impide que se ajusten adecuadamente; también existe el riesgo de que surjan grietas en el material o desperfectos en el filtro. Los elementos reactivos también tienen una obsolescencia y los medicamentos pueden perder su eficacia si se rebasa el horizonte establecido.
El mercado ya ha superado el colapso que sufrió en los peores compases de la pandemia, aunque todavía se registran algunas dificultades para encontrar guantes de nitrilo. La industria nacional aspira a ser capaz de generar el material suficiente ante futuros brotes y que las administraciones no tengan que recurrir al mercado internacional tal y como ha sucedido durante el estado de alarma.
Las mismas fuentes consideran "impensable" que España realice una compra masiva de material frente a futuras pandemias como ha hecho Estados Unidos al adquirir el stock mundial de remdesivir, medicamento que se ha usado para tratar a enfermos de coronavirus. No sólo por el desembolso que supondría una compra de esta envergadura; también porque hace falta un espacio adecuado para el almacenamiento de todo el material sanitario, variable en función de las especificidades de cada producto.
La oferta de Defensa
De hecho, el Ministerio de Defensa ha ofrecido al de Sanidad las instalaciones de las Fuerzas Armadas para albergar las reservas estratégicas. "Hay más espacio y un control", señalaba Margarita Robles a los periodistas en un acto celebrado este jueves. "Estamos trabajando con el Ministerio de Sanidad para que una parte de esa reserva se pueda instalar en almacenes del Ejército".
El departamento dirigido por Salvador Illa firmó varios acuerdos durante la pandemia con empresas farmacéuticas para que almacenase el stock comprado en el extranjero, principalmente a proveedores chinos. El portal de contrataciones refleja licitaciones con empresas como Logista Pharma (500.000 euros) o Fedifar Servicios (importe máximo de 300.000 euros) para la recepción, almacenamiento y distribución de material sanitario y de protección contra el coronavirus.