La falta de chalecos antibalas en la Policía Nacional es un problema que el cuerpo arrastra desde hace tiempo. Si en la actualidad hay cerca de 65000 agentes, los sindicatos calculan que sólo el 60% de los efectivos puede contar con este elemento de protección. El déficit es aún mayor en las mujeres. El chaleco masculino no se adapta de manera ergonómica a su cuerpo, por lo que necesitan uno especial que se ajuste al pecho.
Existen dos tipos de chalecos. Uno externo, que es el más reconocible porque los agentes lo llevan sobre el uniforme, y otro interno. De un tiempo a esta parte, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) pelea porque los dos se puedan llevar por encima de la ropa de trabajo.
El chaleco interno se empleaba en un primer momento para no crear “alarma social” en la población. Desde los sucesivos atentados yihadistas que han asolado Europa en los últimos años, en diciembre de 2014 el Ministerio del Interior dio instrucciones sobre la obligatoriedad del uso del protector antibalas. Seis meses más tarde instauraba el nivel cuatro sobre cinco de alerta terrorista.
El chaleco interno se empleaba en un primer momento para no crear “alarma social” en la población
El secretario de riesgos laborales del sindicato policial, Carlos Prieto, explica que el modelo interno es molesto, produce un calor excesivo y que, en caso de que un agente sufra una parada cardíaca, produce retraso si un trabajador sanitario tiene que realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP). Sin embargo la Dirección General de la Policía (DGP) esgrime que el interno, al ser más pequeño, no cubriría todas las zonas corporales de llevarse por encima de la ropa.
El año pasado, la secretaría de riesgos laborales del sindicato reclamó en Málaga que a los agentes se les permitiese llevar el chaleco interno del que disponían por fuera debido a “las condiciones extremas climatológicas” que se dan en la provincia. Desde el comité de seguridad y salud lo denegaron al considerar que el calor era “tolerable” y que de llevarse por encima de la uniformidad se contravenía la orden del Ministerio del Interior.
Solución con una adjudicación directa
La DGP se ha puesto manos a la obra para intentar paliar los inconvenientes que sufren los agentes al usar chalecos internos y ha incoado un expediente de contratación por valor de 169.400 euros para comprar 2800 fundas que permitan a los agentes usar los chalecos internos por encima del uniforme. La documentación está firmada por el director general de la Policía, Francisco Pardo, y está pendiente de la aprobación de la Abogacía del Estado y de la Intervención General de la Administración.
Paralelamente, en el mes de agosto se ha “filtrado” entre los agentes un documento perteneciente al expediente de contratación de la DGP y que está firmado por el administrador único de la empresa FEDUR, especializada en la venta de material policial y militar. En él se afirma que el chaleco antibalas de la marca FE-ERAG, de uso interno, ha obtenido una nueva certificación por la que si se le pone una funda puede ser utilizado de manera externa.
El contrato de la DGP, además, tiene carácter de exclusividad, por lo que todo apunta a que, antes de que sea público, será FEDUR la que se lleve los casi 170.000 euros
En el mismo escrito se especifica que la empresa es la única del mercado capaz de garantizar que dicho elemento protector no pierde facultades si se lleva por encima del uniforme con su correspondiente funda. El documento que se ha “filtrado” está firmado por Alejandro Ferrer, dueño de la empresa, y data del 6 de agosto de este año. El contrato de la DGP, además, tiene carácter de exclusividad, por lo que todo apunta a que, antes de que sea público, será FEDUR la que se lleve los casi 170.000 euros.
Desde el SUP lo tienen claro y quieren que las gestiones pertinentes se hagan cuanto antes para que los agentes puedan recibir las instrucciones correspondientes para utilizar correctamente los chalecos antibalas.