España

Calviño ve “muy compleja” la mochila austriaca y asegura que “no tenía el apoyo” de agentes sociales

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Asuntos, Nadia Calviño, indicó este lunes que la mochila austriaca que propugna el Banco de España para combatir la dualidad y precarización

  • La vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. -

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Asuntos, Nadia Calviño, indicó este lunes que la mochila austriaca que propugna el Banco de España para combatir la dualidad y precarización del mercado laboral es una iniciativa “muy compleja de poner en marcha” que no tenía el apoyo “ni de los sindicatos ni de los empresarios si siquiera de los grupos políticos”.

Durante una entrevista en la cadena Cope, mostró su agradecimiento a todas las ideas, pero expuso que en el Gobierno han querido centrarse en una hoja de ruta “que sea realista, que se pueda aterrizar en la práctica” con las reformas recogidas en el Plan de Recuperación enviado a Bruselas.

“Es una hoja de ruta compartida con los agentes sociales y, por tanto, realizable”, agregó indicando que ahora toca “concentrar” los esfuerzos “en abordar estas reformas y de aquí a final de año tratar de tener un marco laboral que permita la creación de empleo de calidad y superar los desequilibrios del pasado”.

El Banco de España ha abogado por utilizar los fondos europeos para implantar la llamada "mochila austriaca", una especie de fondo de compensación por despido que acompaña al trabajador durante toda su vida laboral. Se trata de una hucha que las empresas van alimentando para que el empleado cuente con dichos recursos en caso de despido, si se cambia a otra compañía o, incluso, pudiendo disponer de ella cuando acceda a su jubilación.

8.660 millones de euros, el coste que podría asumir el Estado

Su principal escollo sería construirla desde cero por el elevado esfuerzo para las empresas y más en la situación actual, y el Banco de España cifró en unos 8.660 millones de euros el coste que podría asumir el Estado con cargo a los fondos europeos para hacerla realidad tomando de hipótesis los datos laborales existentes entre el 2013 y 2016, con una teórica rebaja del 50% en todos los costes del despido.

Calviño indicó que “dentro del Gobierno se ha acordado un conjunto de reformas en el ámbito laboral” que están recogidas en el programa enviado a las instituciones europeas, es “la hoja de ruta que tenemos acordada con los agentes sociales para trabajar juntos y tratar de llegar a acuerdos en este mismo año 2021 en los temas más importantes” y es “la base sobre la que vamos a trabajar”.

Al ser preguntada sobre su conformidad o no con la reforma laboral del PP que ha garantizado la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, Calviño juzgó que “no es constructivo” estar “mirando constantemente al pasado y deshaciendo lo hecho en el pasado”.

“Yo soy una persona que siempre mira el futuro y trata de construirlo”, agregó, defendiendo que los “graves” problemas que arrastra el mercado laboral desde hace décadas como el alto desempleo estructural, el paro juvenil y femenino, o la precariedad y temporalidad “no han estado causados por una u otra reforma laboral” sino que “responden a una multiplicidad de razones”. “Por eso creo que son muchas las reformas que tenemos que abordar en estos próximos meses y que no se trata de mirar al pasado, sino más bien de construir ese nuevo contrato social, el Estatuto de los Trabajadores que se corresponda con la realidad del siglo XXI”, resumió.

En materia fiscal y sobre la preocupación de que la deuda contraída con la crisis haya que devolverla con mayores impuestos, Calviño reiteró que, “en este momento, lo que hay que hacer es impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo” y por eso no se han subido impuestos.

Explicó que con Bruselas se ha comprometido crear un grupo de expertos que presentarán su informe en febrero del 2022, para, sobre esa base, ver “cómo hacer un sistema fiscal más justo y que tenga una mayor capacidad recaudatoria”, subrayando que “eso no quiere decir necesariamente subir impuestos” ya que “lo primero que hay que hacer es aumentar la base sobre la que se pagan esos impuestos y para eso tenemos que luchar contra la economía sumergida y el fraude”.

Preguntada sobre su opinión si los independentistas catalanes demandasen un concierto económico asimilable al vasco, la vicepresidenta económica apuntó que Hacienda quiere abordar la reforma de la financiación autonómica “con el conjunto de las comunidades autónomas”. “Es un tema muy complejo y que hay que abordar de forma muy comprensiva, hablando con todas las comunidades autónomas y teniendo en cuenta también la reforma de los ingresos fiscales que tenemos que abordar de cara al futuro”, expuso.

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