Quien fuera el líder del PP de Castellón y presidente de la Diputación durante dos décadas, Carlos Fabra, ve pasar "relajadamente" y junto a otros 60 presos los días de los cuatro años de condena que cumple desde 2014 en la cárcel de Aranjuez por un delito de fraude fiscal de 700.000 euros. Fabra ingresó hasta seis millones de euros sin justificar durante cinco años en las 94 cuentas bancarias que tenía a su nombre.
Es el "don Carlos" del módulo 3, el "señor F." de la prisión, que ahora reniega del PP y se relaciona cortéstemente con sus compañeros de rejas: "Nunca dice que no a lo que le piden: tabaco, dinero para tarjetas de teléfono, patatas fritas. Invita sobre todo a quienes juegan la partida con él" gracias a la pensión de 2.600 euros de la que disfruta, según informa Interviú.
La jornada carcelera de Fabra comienza a las ocho de la mañana. Sobre las nueve o nueve y media, llama por teléfono a sus hijos y seguidamente juega unas partidas de dominó con sus compañeros reclusos. "Hacia la una y media se prepara su comida, porque no suele comer el menú de los internos; él prefiere tomar ensaladilla rusa, embutidos y alguna lata de mejillones o calamares. Siempre, con latas de Coca-Cola”, cuentan fuentes del centro penitenciario.
Entre las dos y media y las cinco de la tarde, fabra se queda en su celda, individual y un tanto desordenada, llena de fotografías de sus nietos, hasta que a media tarde, baja a la sala común y despacha la correspondencia que recibe, previa revisión de los funcionarios.
La cena es a las ocho de la tarde, tras la que debe barrer y fregar algunas zonas comunes, igual que el resto de sus compañeros. A las nueve y media se refugia en su celda para el recuento nocturno y ve programas de televisión de TVE y Telemadrid, "nunca de laSexta", según las mismas fuentes.
