El exfiscal Anticorrupción y exeurodiputado de Podemos, Carlos Jiménez Villarejo, que hace poco rompió con la formación, ha criticado la actitud de Pablo Iglesias "absolutamente hostil al diálogo y negociación" con fuerzas políticas como el PSOE o Ciudadanos, que "se merecen que se les reconozca", aunque se disienta con su programa.
Ha defendido que Podemos tiene que realizar un "esfuerzo de aproximación" con PSOE
En declaraciones a ETB Jiménez Villarejo ha señalado que la crisis interna en el partido morado tiene "mucho que ver con esa flexibilización que exige un partido político en una crisis política como la que vivimos, que es la crisis de llevar cuatro años gobernados por el PP".
En este sentido, ha defendido que Podemos tiene que realizar un "esfuerzo de aproximación" con PSOE o Ciudadanos y, en su opinión, quien representa ese "esfuerzo" es Iñigo Errejón.
Tras lamentar las divisiones internas en Podemos por el respeto que tiene a sus militantes y "gran parte" de su dirección, ha denunciado que el sector que corresponde a la dirección de Pablo Iglesias ha entrado en una etapa de "cerrazón" y de no aceptar ningún espacio de entendimiento con otras fuerzas políticas, incluso con Ciudadanos.
Crear acuerdos
"No por eso uno traiciona sus principios políticos, sino que intenta crear acuerdos que hagan posible un gobierno alternativo al PP, que es el objetivo principal de esta etapa política en España", ha manifestado. En esta línea, ha apuntado que, si para desbancar al PP del Gobierno "hay que buscar otras alternativas y hay que contar con Ciudadanos, pues se cuenta con Ciudadanos". "Ya luego en el momento político posterior se verá si se cede más o menos. Eso es la política", ha precisado.
Carlos Jiménez Villarejo ha recordado que dejó Podemos en noviembre de 2015 y lo hizo público a partir de la primera sesión de investidura de Pedro Sánchez, ya que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se expresó en términos "inaceptables en un proceso de investidura de un partido como el socialista, que tiene sus debilidades y las va a seguir teniendo, pero que no merecía el trato absolutamente agresivo y despectivo con que fue tratado". Por otra parte, ha constado que esa actitud de Iglesias significaba una "ruptura evidente con el principal partido de la izquierda en este país, que sigue siéndolo, pese a todo".