“Te agradezco tu ofrecimiento para seguir trabajando contigo, pero lo mejor es dejar mi escaño en el Congreso". El todavía presidente oficial del Partido Popular, Pablo Casado, ha anunciado así, al final de su discurso, que deja toda actividad política. Lo ha hecho al mismo tiempo que desvelaba que Alberto Núñez Feijóo tenía alguna responsabilidad para él, que no ha concretado, en la nueva etapa que se abre a partir de ahora.
Después de su anuncio, Casado ha aprovechado para lanzar un mensaje a su sucesor: "me alegra mucho pensar que vas a contar con personas de mi equipo, que será el tuyo, el que te llevará muy pronto a la presidencia de España". En el equipo del presidente saliente estaba, como es sabido, la que será nueva secretaria general del PP, Cuca Gamarra. Sin embargo fue ella, dentro del Comité de Dirección, una de las primeras que se rebeló contra la voluntad del político palentino de seguir contra viento y marea al frente de Génova.
A partir de ahora falta por saber qué otras personas que estuvieran cerca de Casado emprenden esta nueva singladura junto al tercer líder gallego que tendrá la formación de centroderecha en su historia, tras los liderazgos de Manuel Fraga y Mariano Rajoy.
Muy aficionado a las metáforas relacionadas con el mar Pablo Casado ha vuelto a repetir una frase recurrente en sus discursos: "nunca un mar en calma hizo buenos marineros". Tras una etapa de clamoroso silencio, durante el periodo comprendido entre la larga noche en que fue forzado a dimitir y el día de hoy, el sucesor de Rajoy al frente del despacho de la séptima planta de Génova se ha desahogado con calma y mesura, con un discurso elegante y sin estridencias: "Un mes agridulce, que empezó con un sentimiento de injusticia superado por una profunda gratitud", ha dicho sobre esta etapa y cómo se sentía finalmente.
Una intervención en la que ha reivindicado el proyecto y las ideas que le llevaron a presidir la formación en aquel lejano mes de julio de 2018 en Madrid, de la mano de su fiel escudero y hoy también caído en desgracia: Teodoro García Egea, el exsecretario general al que Casado no ha nombrado en ningún momento. Ni estaba en el plenario del Palacio de Congresos de Sevilla, ni se le esperaba.
"Podrás contar conmigo siempre, mientras mantendré la prudencia y la discrección castellana que, como buen gallego, sabrás entender". Palabras de una despedida entre aplausos tras una fría acogida, casi gélida, cuando Pablo Casado hacía su entrada en el cónclave.
"Me voy pero volveré para todo lo que necesitéis", ha sido otra de sus frases para decir adiós a una joven y prometedora carrera política que comenzó en las Nuevas Generaciones de Madrid, como presidente, tras afiliarse a raíz del asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco, en 1997.
Sobre Feijóo ha hablado Casado como "el que recoge el testigo tras una trayectoria impecable" y ha dicho tomar la decisión de marcharse "con la satisfacción del deber cumplido", tras "un mes agridulce" desde que fue forzado a reflejar, por escrito, que no se presentaría a este 20 Congreso Nacional del PP. "Ha habido momentos peores", ha reconocido para referirse al trance que supuso para él tener un hijo prematuro y aquellas "noches en la UCI" junto a su esposa. De ahí que haya agradecido a la que también considera su "familia" del partido "todas las muestras de apoyo" que el matrimonio recibió entonces.
En el marco de su balance de gestión el presidente saliente ha destacado que llegó "en un congreso democrático y me voy en un congreso democrático, poniendo mi cargo a vuestra disposición". Además, ha presumido de "la reconstrucción de nuestro espacio electoral, que estaba partido en tres", en alusión a PP, Ciudadanos y Vox.
Del partido que presidiera Albert Ribera ha dicho que "los que nos habían sorpassado han sido casi absorbidos". La afirmación no deja de ser un reconocimiento implícito a la llamada 'opa hostil' de García Egea hacia Ciudadanos para posibilitar su desaparición del mapa político. Casado no ha desaprovechado la ocasión para reivindicar también "pasar de ser tercera fuerza a ser la primera en tres años, dejándola a las puertas de La Moncloa", en clave de sondeos electorales actuales, que han mejorado desde la irrupción de Feijóo en la escena.
"Volvemos a ser la gran casa común del centroderecha, esta gran plaza mayor que cada vez acoge a más socialdemócratas y regionalistas", en alusión a los desencantados con las políticas de Pedro Sánchez en primer término.