En la dirección del Partido Socialista se admite que Rubalcaba sacó hace unos días al escaparate público la posibilidad de presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy como una respuesta a las presiones que recibía de no pocos dirigentes territoriales por la tibieza con la que estaba abordando el ‘caso Bárcenas’. Sin embargo, es un paso que la mayoría de los miembros de la actual ejecutiva federal quieren evitar porque implicaría para Rubalcaba dos riesgos nada menores: el primero, estar obligado a defender un programa de gobierno alternativo del que, por el momento, carece. Y el segundo, tener que proponerse él mismo como candidato a presidente cuando dentro de su propio partido hay abierto un amplio debate interno para sustituirle como futuro cartel electoral.
El líder socialista quiere evitar como sea tener que defender un programa de gobierno alternativo y presentarse como candidato sin tener todo atado en su partido
Además, Rubalcaba ha encontrado en el resto de los grupos de la oposición un pretexto ideal para descartar una posible moción de censura contra el presidente del Gobierno. CiU, PNV, Coalición Canaria y otros grupos minoritarios ya han anticipado que no la apoyarían porque consideran que no es el camino idóneo para obligar a Rajoy a dar explicaciones sobre el escándalo en el que le ha metido su extesorero. El mayor entusiasmo por la iniciativa ha salido de UPyD y de Esquerra Republicana, mientras Izquierda Plural se decanta por la convocatoria de elecciones.
Con este tablero, Rubalcaba se ha propuesto jugar a contracorriente presionando al presidente para que encare una cuestión de confianza, una especie de segunda sesión de investidura en la que sería Mariano Rajoy quien estaría obligado a someter a votación de nuevo su programa y, según establece el reglamento del Congreso, una declaración de política general. De esta forma, Rubalcaba no sería el que pasase al examen, al contrario que en una moción de censura, sino el examinador.
¿Qué inconveniente tendría ahora para Rubalcaba examinarse para llegar a la Presidencia del Gobierno? Pues, aparte de no disponer de mayoría absoluta, en el PSOE apuntan el riesgo de que el duelo parlamentario se convirtiera en el debate sobre los ERE andaluces, un caso de presunta corrupción que salpica al actual presidente del partido, José Antonio Griñán y a la federación más importante y más decisiva en términos electorales.
El PSOE teme que una moción de censura contra Rajoy se convirtiera en un debate sobre el escándalo de los ERE en Andalucía
Los nacionalistas vascos son los que más claro han hablado al afirmar que tanto la moción de censura con la que amagó Rubalcaba hace unos días como el anticipo electoral jaleado por algunos partidos de la oposición, forman parte de propuestas hechas “cara a la galería”, entre otras razones porque para que la primera pueda triunfar se necesita la mayoría absoluta, una ventaja que en estos momentos solo tiene el PP, y la llave para que se precipiten las legislativas está también solo en manos del Gobierno. El exministro Ramón Jáuregui, coordinador de la conferencia programática que el PSOE prevé celebrar en noviembre, también ha sido nítido: “A España no le convienen ahora elecciones generales”.