El ‘caso Bárcenas’, lejos de aflojar, acapara en forma creciente la agenda informativa tanto del Gobierno como del Partido Popular. Desde Moncloa se sigue esta evolución con notable contrariedad, ya que sus iniciativas, tanto en el plano político como en el económico, se ven eclipsadas mediáticamente por la abrumadora presencia del asunto del extesorero del PP.
Días antes del descanso de Semana Santa, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, mantuvo una reunión con Javier Arenas, a la sazón vicesecretario de Política Local y Autonómica del PP, para analizar las derivadas de este escándalo que zarandea a su formación desde hace meses. Pese a que la relación entre ambos dirigentes nunca ha sido particularmente fluida, sí encontraron algunos puntos en común y alcanzaron un consenso referido al escándalo de las fotocopias: "hay que limpiar esto". Es decir, es preciso atajar la peligrosa deriva política del asunto Bárcenas. Toca, quizás, adentrarse en el territorio de María Dolores de Cospedal, algo que hasta ahora la vicepresidenta ha evitado con una escrupulosa sensatez.
Desde su victoria pírrica en las autonómica andaluzas, Arenas no encuentra su puesto. Ni en el partido ni en el PP. Sus choques con la secretaria general del Partido Popular han sido, en los últimos tiempos, frecuentes. En privado ha mostrado sus críticas a la forma en la que Cospedal está conduciendo el asunto Bárcenas, a la defensiva y hasta evitando apoyar a antiguos secretarios generales de su formación. "Que cada palo aguante su vela" fue la frase de Cospedal que funcionó como detonante para que Javier Arenas comenzara su labor de zapa contra la actual presidenta de Castilla-La Mancha, de acuerdo con fuentes de Génova.
Balones fuera
Pero no encontraba Arenas apoyos en su estrategia hasta que días antes de las vacaciones de Semana Santa logró ser escuchado por la todopoderosa vicepresidenta del Gobierno, quien hasta ahora había lanzado balones fuera cada vez que era preguntada por este asunto en sus comparecencias tras los consejos de ministros. Sáenz de Santamaría ha evitado siempre las respuestas directas, bien haciendo referencia a la independencia del proceso judicial o bien remitiendo al propio partido que, en su opinión, sería el encargado de facilitar las explicaciones convenientes.
Mariano Rajoy ha demostrado su respaldo sin fisuras a Cospedal y la ha definido como "un ejemplo a seguir"
Arenas, sin embargo, habría conseguido mudar el criterio de la vicepresidenta hasta el punto de que ambos concluyeron en el mencionado encuentro que es necesario modificar la forma en la que se está conduciendo esta cuestión desde Génova. "Hay que limpiar esto". Es decir, hay que tomar decisiones al margen de Cospedal, últimamente muy remisa a las apariciones públicas para evitar preguntas sobre Gürtel y Bárcenas. De hecho ya hace más de un mes que no se celebra la tradicional comparecencia semanala de un portavoz del PP ante la prensa.
Sin embargo la secretaria general del partido logró el pasado 10 de marzo un respaldo sin fisuras por parte de Mariano Rajoy, quien, al presentarla en un desayuno informativo en Madrid, se refirió a ella como "mujer excepcional" y "magnífico ejemplo a seguir". En ese foro estaba presente tanto Sáenz de Santamaría como varios miembros del Gobierno y altos directivos del Partido Popular.
Eficaz y ejemplar
Rajoy está muy satisfecho de la actitud mostrada por Cospedal en todo el asunto Bárcenas, ya que ella está asumiendo la mayor parte del sacrificio tanto de imagen como de desgaste político y está ejerciendo de muro de contención frente al alud de críticas que llueven sobre el Gobierno. "Estamos en un tiempo en el que son necesarias conductas y actuaciones eficaces y ejemplares", señaló el presidente del Gobierno en ese desayuno, para despejar algunas dudas. Cospedal ha logrado distanciar la figura de Bárcenas de la del jefe del Ejecutivo merced a una actitud firme y valiente en los primeros compases de la crisis. Rajoy valora y agradece esta batalla librada personalmente por Cospedal, entre la incomprensión de sus propias filas.
El presidente del Gobierno ha convocado para este miércoles a su junta directiva, que agrupa a más de 600 miembros con altas responsabilidades en el partido. No se esperan pronunciamientos sobre el "innombrable", al menos de puertas afuera, pero sí quizás alguna referencia interna al tema Bárcenas, para tranquilizar las aguas en la formación. Ahora se está a la espera de confirmar si el encuentro entre Soraya y Arenas cambia el rumbo de las cosas.