"No influí de ninguna manera". La coartada que Rodrigo Rato esgrimió este martes ante el juez para defenderse de la acusación de haber amañado los contratos de publicidad de Bankia puede empezar a desmoronarse en tan sólo unas horas. El titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, tomará entre este miércoles y el jueves declaración como testigos a 16 personas en la causa que sigue contra el exvicepresidente del Gobierno por delito fiscal, blanqueo y corrupción entre particulares. De ellos, siete son directivos y empleados en activo de la entidad financiera por cuyas manos pasaron, de un modo u otro, los contratos bajo sospecha. No será la primera vez que se enfrenten a un interrogatorio. En las últimas semanas ya han debido responder a las cuestiones que les plantearon los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, a quienes detallaron el papel real que el político y su entorno tuvieron en aquellas adjudicaciones.
Ante la Guardia Civil, los empleados de Bankia señalaron a Rato como una de las personas que estaba detrás de las adjudicaciones aunque no con rotundidad
Los siete trabajadores de Bankia fueron interrogados por los agentes -y, previsiblemente, lo volverán a ser ahora por el juez- por la millonaria adjudicación a Zenith Media y Publicis Comunicaciones España por la que el político se embolsó presuntamente una 'mordida' de 835.000 euros, pero también por los firmados por la entidad con dos empresas del presunto testaferro Alberto Portuondo, el único encarcelado en la causa. Según confirmaron a Vozpópuli fuentes de la entidad, todos ellos fueron citados por la Guardia Civil en la sede de la UCO, donde se les mostraron copias de numerosos documentos relacionados con dichos contratos para que detallaran los pasos dados con los mismos y las personas que intervinieron en ellos. A todos se les preguntó sobre la supuesta participación directa del propio Rato, pero también de su secretaria de toda la vida, Teresa Arellano, y el propio Portuondo, quienes trabajaron durante la presidencia del político en la entidad.
La primera llegó a asumir la Dirección General de Comunicación y Marca de la entidad, origen precisamente de las adjudicaciones investigadas. El segundo, cuya figura era la de "asesor externo de Presidencia", acudía prácticamente a diario a la sede de la entidad y frecuentaba la 'planta noble' de la sede central de Bankia, donde despachaba con el propio Rato. Puestos desde los cuales ambos participaron presuntamente en todas o algunas de las adjudicaciones millonarias investigadas, según señalaron a la Guardia Civil los siete directivos y empleados de Bankia que ahora han sido citados por el juez Serrano-Arnal. Algunos de estos también apuntaban ya en su testimonio a la influencia del exvicepresidente del Gobierno en aquellas decisiones que él niega ahora, aunque fuentes cercanas a la investigación reconocen que no lo hicieron con rotundidad ya que algunos de ellos admitieron que no tenían trato directo con el político.
Las adjudicaciones bajo sospecha
La investigación sobre el supuesto amaño de contratos de marketing y publicidad se centra en varias adjudicaciones que suman 57,6 millones de euros. Las más importante son las que recibieron Zenith Media y Publicis Comunicaciones España y que ascendieron a 56,2 millones. Con este dinero se financió el diseño de las campañas de lanzamiento del banco en 2011, la de la salida a Bolsa de julio del mismo año y una de consolidación de la marca a comienzos de 2012, así como la contratación de los espacios publicitarios en los que se dispusieron todos estos anuncios. La adjudicación de estas millonarias campañas a ambas compañías, que hasta aquel año habían facturado siempre cantidades mucho más pequeñas a la entidad financiera, se produjo presuntamente por la mediación de Portuondo, quien a cambio de sus servicios recibió una supuesta mordida de algo más de 2 millones de euros. Cuatro directivos de Zenith y Publicis están imputados por dicho pago, que realizaron a Albisa Inversiones y Asesoramiento SL, una sociedad del presunto testaferro encarcelado. Ésta, a su vez, transfirió posteriormente 835.000 euros a Kradonara 2001 SL, una mercantil de Rato, en mensualidades de 40.000 euros,
Los contratos de publicidad investigados por el 'caso Rato' supusieron a Bankia un desembolso total de 57,6 millones de euros
A estos contratos bajo sospecha se han unido en los últimos meses otros adjudicados por Bankia, aunque de menor cuantía. Se trata de los que la entidad financiera firmó con Lateral Mente SL y Plena Mente SL, dos empresas propiedad del propio Portuondo y que se hicieron, entre otros, con los trabajos de reputación 'online' de la entidad. La primera de la compañía se embolsó 860.000 euros. La segunda, 550.000 euros. Sobre los mismos también fueron interrogados por la UCO los siete empleados de Bankia. Algunos de ellos han admitido que sabían que dichas mercantiles pertenecían al ahora señalado como presunto testaferro. Además, añadieron que su contratación se hizo tan habitual entre 2011 y 2012 que los responsables de marketing y publicidad del banco se referían a ellas como "las Mente", en referencia a la coincidencia en la parte final de su denominación.