El consejero catalán de Economía, Andreu Mas-Colell, es un tipo afable y, sobre todo, un economista cuya categoría profesional e intelectual está fuera de toda duda. Así se reconoce en el equipo económico del Gobierno, donde tanto Luis de Guindos como Cristóbal Montoro mantienen desde el principio con él una relación más que fluida. Se valora del consejero su comportamiento leal: fue el primero que se colocó en la vanguardia de los recortes para evitar que Cataluña fuera intervenida y cumplir con la disciplina fiscal comprometida por el Gobierno con Bruselas. Lo malo es que estos ajustes no evitaron la asfixia económica de la Generalidad y colocaron a CiU en la senda del desastre electoral. Ahora, el nuevo equipo que salga de las urnas tendrá que realizar nuevos recortes por importe no inferior a los 2.000 millones de euros.
Guindos y Montoro mantienen con Mas-Colell una relación fluida y le reconocen que se pusiera en vanguardia de los ajustes
Según la versión que el propio Mas-Colell ha difundido en el equipo económico del Gobierno, Artur Mas aceleró su cruzada independentista cuando concluyó que lo que ganaba con los recortes lo perdía con el pago de los intereses de la deuda y, por lo tanto, comprobó que Cataluña quedaría tutelada desde el Ministerio de Hacienda al no poder evitar el rescate. En esta huida hacia delante de Mas influyeron también las encuestas: antes de la Diada, CiU sufría una sangría electoral que parecía imparable como consecuencia de los ajustes sociales promovidos desde las últimas elecciones autonómicas. Con posterioridad a la manifestación independentista del pasado 11 de septiembre y a la reivindicación de Mas de un Estado propio, se disparó en las encuestas hasta rozar la mayoría absoluta, algo que está a su alcance pero que, según las proyecciones demoscópicas que maneja el Gobierno, es posible que no consiga.
Al margen del resultado que obtenga CiU el próximo día 25, para el nuevo Gabinete que se forme en la Generalidad será prioritario recuperar el buen entendimiento con Madrid. Al menos, este es el esbozo que se hace en el Gobierno, donde el ministro Luis de Guindos ya ha acordado con Andreu Mas-Colell reunirse inmediatamente después de las elecciones para identificar posibles espacios de acuerdo que permitan una nueva reunión entre Mariano Rajoy y Artur Mas más tranquila y fructífera que la que ambos celebraron en septiembre pasado, pocos días antes de que el segundo anunciara en el Parlamento catalán el anticipo electoral.
El equipo económico del Gobierno y el consejero catalán prepararán después del 25-N un nuevo encuentro entre Rajoy y Mas
En el equipo económico del Gobierno hay una predisposición clara al pacto, aunque se reconocen las dificultades objetivas que tendrá CiU para rebajar su fiebre independentista y también las que encontrará, Economía y Hacienda para realizar algún gesto que contente a Cataluña. Hasta el momento, la Generalidad ha logrado encarar sus vencimientos de deuda durante este año, casi 13.500 millones en total, gracias a las ayudas que le ha concedido el Ejecutivo a través del Fondo de Liquidez. Los mayores apuros se le presentan precisamente en este último trimestre, con unos vencimientos de casi 4.800 millones.
Hacienda limitó la cifra definitiva del rescate de Cataluña a 5.370 millones de euros, importe por el que la Generalidad pagará un interés del 5,6% teniendo en cuenta que en 2013 y 2014 disfrutará de un periodo de carencia, mientras que en 2015 comenzará la amortización del principal. En los próximos tres años, si Artur Mas es reelegido presidente deberá afrontar vencimientos por más de 6.000 millones, desafío que no podrá gestionar si no se reconcilia con Madrid, Cataluña sigue fuera de los mercados y juega de nuevo con sus ‘bonos patrióticos’. De ahí que en los despachos de Hacienda se repita tanto la frase de “tenemos la sartén por el mango”.
Mientras Cataluña permanezca expulsada de los mercados y no pueda colocar sus 'bonos patrióticos', Hacienda será la que tenga la sarten por el mango
La recuperación del seny catalán depende también de otras muchas variables, pues en estos momentos, aseguran fuentes del Gobierno, hay media docena de ministerios en negociación directa con la Generalidad para abordar el desarrollo de transferencias pendientes contempladas en el Estatuto. Son muchos los intereses creados y habrá que esperar al 25-N para saber si los vaticinios de unos y otros se cumplen