Con el arranque de la política nacional tras los comicios en Cataluña, ERC y Junts ya llevan hasta el final su aviso de hace un año: lo que pactaron tras las elecciones generales fue un acuerdo de investidura no de legislatura, no le deben nada a Pedro Sánchez a pesar de la aprobación de la ley de la amnistía en ciernes. Tras los resultados del 12-M, ERC aún se está resituando en el tablero autonómico y deja en el aire cómo podría afectar su reposicionamiento en el Congreso como aliado principal de Sánchez. Por el momento, el PSOE da aire a los republicanos si bien en Moncloa ya se inquietan por el enfriamiento evidente de las relaciones con ERC y, como consecuencia, la inestabilidad de la legislatura.
Los frentes de la política catalana con la nacional siguen sus cauces paralelos aunque con vasos comunicantes. Este jueves, y a dos semanas de que se constituya el nuevo Parlament, la Diputación Permanente ha tumbado el decreto de ERC para regular el alquiler de temporada por los votos en contra de Junts y la abstención del PSC. Todos los grupos han coincidido en que existe un problema de vivienda en Cataluña, si bien los socialistas y los posconvergentes han expresado que no se había trabajado el texto con los afectados.
La posición de afinidad de ambos partidos, en plena carrera por saber si el candidato a la Generalitat será Salvador Illa o Carles Puigdemont, ha puesto en guardia a las maltrechas filas republicanas. Aún digiriendo el varapalo de tener 13 escaños menos, los republicanos se han apuntalado en la oposición con este movimiento y han expresado que la "sociovergencia ha bloqueado el decreto". Así lo han defendido tanto la consellera en funciones, Ester Capella, como el portavoz parlamentario adjunto, Jordi Orobitg. Orobitg ha reivindicado el objetivo del decreto para mejorar la vida de la ciudadanía y "hacer que la gente viva con dignidad", tal y como defienden los demás partidos de izquierdas de los comunes y la CUP.
Por ello, ha asegurado que, con su voto, PSC y Junts "promueven la indignidad ciudadana, defendiendo los intereses de aquellos que siempre han ganado con la vivienda y quieren seguir haciéndolo". El PSC se aleja así con este gesto del bloque de los comunes y ERC, con quien se veía en un principio la posibilidad de un tripartito, y decanta un milímetro más la balanza a un entendimiento con Junts. Salvador Illa ya expresó la semana pasada que no cerraba del todo la puerta a Junts y que la 'sociovergencia' no era imposible si bien no sabía si era "el mejor momento".
Por el momento, Salvador Illa sigue apostando por un gobierno en solitario mientras se desarrolla el reequilibrio de fuerzas en la cámara catalana, pero tiene una afectación que por ahora sigue ligada a la dinámica en el Congreso. Junts fue muy duro con Sánchez este jueves al tumbarse la ley de suelo, 'metiendo el dedo en la llaga' y expresando que no tiene ninguna mayoría, ni en Madrid ni en Cataluña. Y ERC está actualmente en un 'limbo'. En este contexto, Moncloa teme que la estabilidad parlamentaria se le complique al ser evidente que está perdiendo sus mayorías en la cámara. Temen una falta de interlocutor prolongada en el tiempo les dificulte las negociaciones en en los próximos meses, en los que habrá que abordar, entre otros, los presupuestos generales del Estado para 2025.