La escuela Font de l'Alba de Tarrasa se ha convertido en el centro de la última polémica en Cataluña por la supuesta agresión de una profesora a una niña por el mero hecho de escribir "viva España" y dibujar la enseña nacional.
El colegio no desmiente los hechos denunciados esta semana por la familia de la menor, guardando un silencio sepulcral, mientras en la familia se ha implantado el mutismo absoluto, pidiendo la eliminación incluso del parte médico, que se ha publicado sin consentimiento expreso de los padres de la menor de tan solo 10 años.
La familia guarda también silencio por orden de su defensa jurídica, según ha constatado Vozpópuli. Es una reacción normalizada en este tipo de asuntos por el miedo a los movimientos separatistas. También hay quienes han querido sacar rédito político de la situación, como la convocatoria de una manifestación pese al expreso deseo de la familia de no realizar ningún acto de este tipo.
La profesora había roto el dibujo. "No pudo ni quedárselo", lamentan fuentes cercanas a la familia a Vozpópuli. Con la supuesta agresión, ya denunciada, las redes sociales difundieron el parte médico, un documento confidencial y unipersonal, sin el consentimiento expreso de la familia, que ha ido pidiendo cuenta a cuenta el borrado del mismo. La abogada de la familia no ha respondido a las preguntas de Vozpópuli, pese a la insistencia, argumentando que se informará más adelante de la denuncia.
"En manos de los abogados"
"Pido, por favor, que no se realice ningún acto. El tema está en manos de abogados, donde tiene que estar", ha reclamado en un mensaje la madre de la menor supuestamente agredida. Fuentes cercanas a la familia han comentado a Vozpópuli que ella "solo busca justicia con la supuesta agresora". El problema de la familia es que varios hermanos de la menor estudian en el mismo centro y tiene "miedo" por las posibles represalias.
Las concentraciones realizadas en la puerta del centro se han convocado al margen de la familia, generando aún una mayor preocupación en el entorno. "La abogada le pidió que no se hiciera bajo ningún concepto ninguna manifestación, aunque fuera para apoyarles, al menos de momento. Quienes la habían convocado en un inicio la desmontaron en ese mismo momento", han indicado. Pero hubo asociaciones y un partido político que siguieron adelante.
"Si se hacía algo, tenía que ser a nivel ciudadano y bien hecho, no de cara a la galería, como hizo Vox", señalan las mismas fuentes. "Las imágenes de los niños sobraban, si fuera al revés los pondríamos de vuelta y media por adoctrinamiento, lo de ayer una chapuza y todo por una foto", han aseverado.
Las redes sociales han pasado por alto la presunción de inocencia y han atacado directamente a la supuesta agresora, que ha borrado todo rastro de la misma, según ha comprobado este medio. Se han difundido sus imágenes personales, así como de amigos y familiares. Ante este acoso, la profesora ha cerrado todas sus cuentas personales, tal y como ha comprobado este medio.
La supuesta agresora será la profesora de una hermana
Según ha podido conocer este medio, una de las hermanas de la menor agredida irá a la misma clase de la profesora el próximo curso, si no se producen cambios en el centro. Este es el principal temor de la familia, sobre todo de la madre.
"La profesora es agresiva", según aseguran algunas familias del centro. "Tiene por norma coger a los niños del brazo o de la cabeza, levantarlos y expulsarles del aula", prosiguen. "No lo hace solo por motivos ideológicos, sino también para corregir determinados comportamientos", han afirmado.
En esa clase se lleva una cuenta de los malos comportamientos, donde hablar en castellano conlleva el mismo efecto negativo que el insulto o la agresión física. La clase parte de una puntuación a la que se les resta la puntuación de cada mala conducta. "Un punto menos por insulto, otro por hablar en castellano, otro por agredir... Se castiga así a todo el conjunto por el comportamiento de uno de los alumnos", han apuntado familias conocedoras de estos procedimientos.
De esta forma, en excursiones, salidas escolares o actividades del colegio, si la clase no tiene los puntos suficientes, sufre un castigo. "Que uno solo hable en castellano significa que sufre las consecuencias todo el conjunto, provocando así las reacciones contra quien lo haga por parte de sus propios compañeros".
Sin gominolas tras haber hablado en castellano
En noviembre de 2018 se constató estas prácticas, según ha afirmado la diputada de Ciudadanos Sonia Sierra a Vozpópuli. Una clase se quedó sin el premio de unas gominolas al haberse quedado sin puntos porque un alumno habló en castellano en el patio del recreo. El 3 de diciembre se presentaron estos hechos en un informe ante la Síndica, que respondió vía oral y no por escrito, que "no puede hacer nada, ofreciéndoles la posibilidad de acudir al Defensor del Pueblo".
Tal es el miedo de las familias que pocas se atreven a dar el paso de la menor supuestamente agredida. Ciudadanos, como partido político, "no puede denunciar debido a que no es parte en los hechos".
En ningún momento se pone en entredicho la denuncia realizada. "La ley lo ampara", replicó la Síndica al concejal de Ciudadanos en Terrassa. "No se desmienten estos hechos en ningún momento ni se dice que es mentira", ha proseguido Sierra en una entrevista a Vozpópuli en el Parlament. Aún no hay respuesta oficial sobre este hecho.
"Tienen un sistema de puntos y cuando se realizan infracciones se restan a la bolsa", ha comentado Sierra. Estas infracciones eran: "Hablar en español en el patio de recreo, insultar o agredir", ha confirmado la diputada. "Se produce una penalización y no hay premio". "Hace que todo el grupo se pueda poner en contra", ha confirmado.
En otros centros escolares del mismo municipio se han producido hechos que muestran el odio al castellano. "Una madre extranjera pidió en una charla informativa explicaciones debido a la dificultad al entender el catalán", ha puesto de manifiesto Sierra. "La charla se hizo en catalán íntegramente", ha apuntado.