Silvia está viviendo un auténtico calvario. Esta madre defiende a capa y espada la inocencia de su hijo, de 16 años, que está interno en un centro de menores de Cataluña. Esta mujer ha reunido pruebas suficientes para demostrar que este chico no participó en un robo con violencia del que le acusan. El denunciante ha confirmado esta versión. Después de semanas de lucha ha denunciado que está siendo víctima de coacciones y amenazas. "Te voy a quemar la casa contigo dentro", es una de las lapidarias frases que está recibiendo.
El drama y la batalla que ha emprendido esta madre comenzaron el 12 de junio cuando una patrulla de los Mossos d'Esquadra de Tortosa se personaron en la vivienda donde vive cuando está con su padre ya que tienen la custodia compartida. Los agentes solicitaron a este hombre que bajara porque su hijo era uno de los presuntos autores de una brutal paliza a un chico de 29 años. A pesar de la gravedad de las acusaciones los funcionarios tranquilizaron al padre ya que dijeron que solo se llevaban al menor para tomarle declaración ya que quedaría después en libertad. Desde ese día no ha vuelto a pisar la calle.
Un menor sin antecedentes
Esta era la primera vez que el hijo de Silvia tenía un problema con la justicia. Fue acusado de robo con violencia, lesiones y pertenencia a organización criminal. Este menor fue el único de los cinco detenidos que declaró en sede judicial en Tarragona. Se les asignó la misma abogada de oficio a estos chicos.
A pesar de la "limpieza" de su historial, el juez ordenó su internamiento en un centro de menores. El hijo de Silvia alegó que no tenía nada que ver con el robo y que se defendió del denunciante al que propinó un puñetazo en el pecho. Este joven fue enviado a un centro a 300 kilómetros de su casa.
Esta mujer ha estado durante semanas recorriendo esta distancia y ha tenido que paralizar el tratamiento oncológico que estaba recibiendo. No se ha quedado parada tampoco. Ha buscado de forma incansable pruebas y testigos para demostrar la inocencia de su hijo.
Las amenazas con número oculto
Otro de los arrestados por este suceso ya quedó en libertad. Pasó varias semanas en el mismo centro que el hijo de Silvia pero demostró que en el momento del incidente estaba jugando al fútbol en otro punto lejano del mapa.
Ha sido tal el trabajo que ha realizado la madre, que se hizo amiga de forma anónima del denunciante para conseguir información. De esta forma averiguó que su hijo era totalmente inocente. Precisamente, este miércoles la víctima tiene que volver a los juzgados a declarar por el hecho delictivo.
Nada hacía presagiar que Silvia fuera desde hace una semana el objetivo de amenazas y coacciones por parte de varios desalmados. "Recibí llamadas en mi móvil con número oculto. Primero dijeron que iban a reventar la cabeza de mi hijo con un palo de hockey. Después que me iban a quemar la casa conmigo dentro. También me acusan de chivata", relata la madre en una conversación con Vozpópuli.
La madre: "Están jugando con la libertad de mi hijo"
El pasado 9 de agosto, Silvia acudió al Juzgado de Guardia de Tarragona para interponer una denuncia por las llamadas amenazantes con número oculto que se venían prolongando desde dos días antes. Comunicaciones en las que amenazan con matara su hijo y a ella. Ha pedido una orden de protección para ambos.
"Psicológicamente estoy hundida. He adelgazado 14 kilos y no puedo hacer el tratamiento oncológico. Hago una distancia de 600 kilómetros al día para verle. Están jugando con la libertad de mi hijo y con mi salud", explica a Vozpópuli.
Silvia tiene confianza en que la declaración del denunciante este miércoles en sede judicial sea un espaldarazo en la libertad de su menor. "Le han parado la vida a mi hijo. Él tenía su trabajo y se lo han cortado con solo 16 años", lamenta la madre que ve un atisbo de esperanza para volver a recuperar su vida en los próximos días.
Sin_Perdon
Leo esta crónica y es que no me entero de nada. Ni explica el suceso que motiva la denuncia. Ni explica qué pinta el menor en todo esto (se dice que golpea en el pecho al denunciante al tiempo que se jura que no tiene nada que ver con el hecho). Ni explica como es posible que la madre "se haga amiga del denunciante". Ni explica dónde estaba el menor cuando se produce la agresión. Ni explica el tipo de relación del menor con el denunciante. Ni explica si el menor pertenecía a algún tipo de banda. Ni explica origen, etnia o raza de unos y otros, porque la forma de proceder y los hechos parecen típicos de ser "importados". Ni explica quién ha proferido las amenazas y si han sido denunciados. Básicamente se limitan a una conversación (supongo que telefónica) con la madre y su versión de los hechos. Se puede hacer mejor, mucho mejor.