La marcha convocada por las organizaciones independentistas en Barcelona con motivo de la Diada ha partido esta tarde desde la Plaza de Cataluña con un menor número de asistentes con respecto a ediciones anteriores, siendo la menos concurrida de la última década. Como cada año, la marcha ha arrancado a las 17:14 horas -evocando el año 1714- con miles de asistentes, esta vez bajo el lema 'Luchemos, ganemos la independencia' para presionar a los partidos del Govern, ERC y Junts, de cara a la mesa de diálogo con el Gobierno central.
La Guardia Urbana de Barcelona ha estimado en 108.000 el número de asistentes a la manifestación de este año, lejos de las cifras de ediciones anteriores. Según la propia Guardia Urbana, participaron un millón de personas en 2019; 600.000 en 2018; otro millón en 2017, 540.000 en 2016, 1,4 millones en 2015, 1,8 millones en 2014, 1,6 millones en 2013 y 1,5 millones en 2012.
La Assemblea Nacional Catalana (ANC), una de las organizaciones promotoras de esta Diada, ha cifrado en 400.000 el número de asistentes. Incluso asumiendo la validez de este dato, se trataría de la marcha independentista menos concurrida de la última década.
La ANC eleva la asistencia a 400.000 personas. Incluso asumiendo la validez de esta cifra, se trataría de la Diada menos concurrida desde 2011
La marcha ha transcurrido sin incidentes. Al bajar por la Via Laietana, la manifestación ha pasado por delante de la comisaría de la Policía Nacional, que han blindado con vallas en todos sus accesos y varias furgonetas tanto de la Policía como de los Mossos d'Esquadra, y hasta las 17.45 no ha habido incidentes más allá de gritos de 'Fuera la bandera española', 'Fuera las fuerzas de ocupación', '1 de octubre ni olvido ni perdón' y pitos; y a su paso por la patronal Foment del Traball ha habido gritos de 'Independencia'.
El independentismo llega a dividido a esta primera Diada -marcada por la división a cuenta de la mesa diálogo y la ampliación de El Prat- tras los indultos a los presos del 1-O. Por un lado, ERC mantiene su apuesto por el diálogo con el Gobierno de PSOE y Podemos, mientras que Junts se posiciona con la mayoría de organizaciones nacionalistas, que recelan de la mesa de diálogo con el Ejecutivo estatal.
El presidente de Cataluña, Pere Aragonès (ERC), ha sido recibido entre gritos de "president" y algunos abucheos de los asistentes, que le acusan de "traidor". Por su parte, la presidenta del Parlament, Laura Borràs (Junts), ha dicho este sábado que es escéptica con la mesa de diálogo porque desconfía de la palabra del Gobierno de Pedro Sánchez, pese a lo cual su partido irá la reunión: "No nos temblarán las piernas".
Enfrentamiento entre independistas de extrema derecha e izquierda
Esa división se ha palpado a pie de calle, donde se han producido enfrentamientos entre grupos independentistas de extrema de derecha e izquierda. En concreto, los incidentes se han registrado en las inmediaciones del Fossar de les Moreres, en Barcelona, cerca de donde Arran -organización juvenil de la CUP- ha celebrado su acto político por la Diada.
Un grupo de jóvenes de izquierdas se han acercado hasta un puesto de venta de materiales de Aliança Catalana, una organización de corte xenófobo que reclama "políticas inmigratorias que beneficien a los catalanes, no a los extranjeros", y defiende una "política de tolerancia cero con la inseguridad ciudadana, el radicalismo islámico y el terrorismo". Ambos bandos se han enfrascado en un lanzamiento de objetos, sillas, un bote de humo y algunos golpes, hasta que el grupo de estética ultra se ha retirado.