En los últimos días, el estreno este jueves de la película 'Surveilled' en HBO Max ha acaparado titulares en la prensa nacionalista catalana. Se trata de un documental centrado en el supuesto espionaje del Estado contra el separatismo en Cataluña en el caso conocido como 'Catalangate'. Sin embargo, el informe en el que se basa, que apunta a que 65 políticos y activistas independentistas fueron espiados con los programas Pegasus y Candiru para desacreditar a este movimiento, ha sido ampliamente cuestionado por expertos nacionales e internacionales por sus abundantes lagunas y contradicciones.
En este sentido, en 2022 un centenar de académicos y profesionales reclamaron a la Universidad de Toronto —cuyo laboratorio CitizenLab elaboró el dosier— un estudio independiente al juzgar carente de fiabilidad la investigación —petición que fue desatendida—. Y un año más tarde, el investigador de la UNED José Javier Olivas presentó en el Parlamento Europeo el informe 'El Caso Pegasus, una revisión crítica del informe Catalangate de CitizenLab', donde se abundaba en dichas lagunas. Entre ellas, figura que uno de los ocho autores del estudio de Citizen Lab, Elias Campo, es un activista secesionista catalán que también pasa por ser uno de los espiados. Asimismo, Olivas advierte de que solo se analizaron dispositivos de políticos y activistas partidarios de la independencia. Por otra parte, CitizenLab obvió en su estudio los falsos positivos, el espionaje legal por parte de España o una posible implicación rusa.
Estas contradicciones también se asoman en el documental de HBO. Por ejemplo, la cinta elude mencionar que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, también fueron espiados —abonando así la tesis de que fue una operación contra el independentismo—. Por lo demás, el autor del documental, el periodista Ronan Farrow —hijo de Woody Allen y Mia Farrow— ha sido puesto en entredicho por la falta de rigor en sus investigaciones. Así lo denunció el 'New York Times' en un artículo en 2019, que recordó que Farrow no contrasta sus fuentes y "sugiere conspiraciones seductoras pero que no puede probar".