La sorpresa del Barómetro de la Oficina Antifrau de Catalunya (OAC) que ha presentado su director Miguel Ángel Gimeno, ha sido que los jóvenes de 18 29 años son más tolerantes con la corrupción y ven más aceptables conductas corruptas de responsables políticos, funcionarios y ciudadanos en general.
Para Miguel Ángel Gimeno “este indicador les ha alarmado porque los jóvenes se mueven en niveles de demasiada tolerancia ante conductas corruptas y puede ser por una crisis de valores”.
Resultados sorprendentes
Los jóvenes de 18 a 29 años consideran muy o bastante aceptable que un político dé apoyo a un proyecto para beneficiar un grupo económico que haya apoyado a su partido (9,4%). También que un funcionario usa un bien público para fines privados (8,5%). Y que un trabajador sanitario ayude a un familiar a saltarse la lista de espera (16,9%).
Es más, ven aceptable que un funcionario realice actividades electorales durante su tiempo de trabajo (44,3%); que un médico de la Sanidad pública haga un viaje pagado por un laboratorio farmacéutico (44,3%); empadronar a un hijo en casa de los abuelos para lograr la escuela deseada (46,2%); colarse en el Metro (18%); copiar en un examen (19,9%); y contratar a un pariente para un puesto público (13,2%).
Conclusiones
El Barómetro “La corrupción en Cataluña 2018, percepciones y actitudes ciudadanas” demuestra un fracaso social tremendo. Según Gimeno “teniendo en cuenta los niveles de paro juvenil y la precariedad laboral de los jóvenes, no se les puede pedir que se comporten de modo calvinista cuando ellos están siendo en muchos casos víctimas de una injusticia en sus puestos laborales”.
El Barómetro concluye que los catalanes consideran que la corrupción esta muy o bastante extendida en los servicios públicos. En primer puesto destacan las Obras Públicas. Le siguen Urbanismo y Justicia.