Oriol Junqueras busca rearmarse haciendo un amago de dimisión. Aunque esta vez sin romanticismo como la de Pedro Sánchez. En medio de un ERC deshecho y en plena campaña de las europeas, opta por la fórmula a medio camino entre apartarse de la dirección, tal y como ha hecho Marta Rovira por "coherencia" a los resultados del 12-M, y la permanencia. En política medir el pulso de los tiempos es clave para ganar los asaltos. Así lo va a plantear el presidente de ERC, que dejará ese cargo "temporalmente" después de las elecciones europeas que se celebran el 9 de junio, donde tendrá medio año hasta el 30 de noviembre, fecha del congreso extraordinario, para postularse como un líder creíble.
Espera ganar tiempo para tender alianzas internas, ganar apoyos e intentar aproximarse a una militancia descontenta en un partido que, si bien en carne viva, está más que acostumbrado a las guerras a cara descubierta en sus casi 100 años de historia. Esta vez, de hecho, la guerra de bandos, se ha quedado de puertas para dentro para dar pie a un proceso consensual y la transición serena para relanzar el proyecto político. No es la primera vez que Junqueras hace que el partido resurja de sus cenizas y en su memoria, seguramente como un resquicio romántico para su amago de dimisión, queda el hecho de haber sido quien tomó el relevo en 2011 al frente de los republicanos tras el enfrentamiento crónico entre Joan Puigcercós y Carod Rovira y el varapalo electoral que dejó a los republicanos raquíticos en el segundo tripartito en 2010.
Las ensoñaciones de Junqueras para no acabar de irse es probablemente repetir esa gesta. Conseguir los avales que en aquel momento apostaban por él como el hombre indicado para renovar la cúpula en el Congreso que tuvo lugar en octubre. En aquel momento el Oriol no había pisado la cárcel ni había impulsado un 'procés' que acabó con la aprobación de leyes de desconexión en el Parlament bajo la batuta de su entonces aliado Carles Puigdemont, al que ahora le separan años luz. En aquel momento Oriol si era uno más de la militancia, que había hecho carrera con firmes convicciones de izquierdas catalanista y republicano como alcalde de Sant Vicenç dels Hort. Esa esencia es la que resonó en todo momento en el discurso de este jueves a modo de autoreivindicación. Un hombre que se aferra a sus raíces si bien las urnas han puesto en cuestión su credibilidad.
Por ahora, Junqueras, que ya no Oriol, se queda en la sala de máquinas de las europeas si bien las decisiones importantes en Cataluña, y con el calendario ajustado por la constitución del Parlament el 10 de junio, sobre qué paso dar. Unas decisiones que caerán en manos de Marta Rovira con Junqueras con un pie fuera. Hay algunas posiciones. Por un lado apoyar a Illa en un gobierno en minoría, que no implicaría formar gobierno sino ser un apoyo externo, que es lo que defiende Joan Tardà para garantizar un Ejecutivo catalán progresista, o abstenerse y dejar que sean Junts y PSC se 'peleen' por ponerse de acuerdo para la gobernabilidad de Cataluña. Es una postura que resuena a nivel interno y que el mismo Junqueras ha defendido argumentando que se han puesto de acuerdo en la oposición y ahora deben hacerlo también para gobernar.
La batalla definitiva se verá en el congreso del partido, donde se sabrá si Junqueras ha conseguido el respaldo necesario pero donde también otros frentes internos intentarán llegar con fuerza. Es el caso del sector más crítico de los republicanos, llamados col.lectiu primer d'octubre, que fueron los primeros que pidieron la celebración de un Congreso extraordinario tras la dimisión de Aragonés y la dimisión integral de la cúpula. Están pidiendo a antiguos militantes que vuelvan a afiliarse para generar base y respaldo para hacer valer sus proclamas. Una hoja de ruta que es que ERC vire de nuevo hacia el bloque del 1-O.
Por otro lado, como ha podido saber este medio, líderes de 'segunda fila' del partido ya resuenen para dar un paso al frente en esta nueva etapa en la que se precisa nuevas 'cabezas'. Un nombre que suena con fuerza es el de la portavoz del partido y diputada por Tarragona, Raquel Sans. El reto del partido es si es capaz de construir una alternativa sólida y realista a Junqueras, si puede sacar a la palestra a un líder que una un proyecto que habría ido a una con el tándem de Marta Rovira desde Ginebra y Oriol Junqueras en la cárcel y Cataluña.
HUNTER
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