Junts per Catalunya avisa de que el crédito a la Mesa de Diálogo entre gobiernos se agota. El partido sigue fielmente las instrucciones de Carles Puigdemont, que desde Waterloo volvió a arremeter contra la propuesta estrella de ERC. La nueva consiga es que ya no se hable de un margen de dos años para lograr resultados que sean refrendados por los catalanes. De este modo, rompen el pacto tácito con los de Oriol Junqueras para reeditar la coalición de gobierno.
Aunque ni ERC ni Junts han confiado mucho en que la Mesa de Diálogo pueda prosperar, ya que siempre se han mostrado escépticos ante la voluntad política de Sánchez de arreglar el llamado "conflicto político", los de Oriol Junqueras defendieron a capa y espada la vía dialogada con Moncloa. El hecho de ser la fuerza ganadora en el bloque independentista en las últimas elecciones catalanas forzó a Junts a aceptar esta propuesta de diálogo de sus socios.
Sin embargo, los de Puigdemont creen que la remodelación en el Ejecutivo de Pedro Sánchez abre una brecha para a intentar boicotear esta "herramienta" de diálogo. Pero esta ofensiva no ha sentado bien ni a En Comú Podem ni a ERC, que ya buscan la manera de neutralizarla. La primera en hablar públicamente ha sido la secretaria general de ERC, Marta Rovira. En una entrevista en el 'Ara' ha asegurado que cuestionar los tiempos de la Mesa "nos debilita porque demuestran complejos".
Rovira ha defendido "dotar este proceso de negociación del conflicto político de unas garantías" que impliquen el cumplimiento de los acuerdos que se alcancen. En este sentido, ha asegurado que los independentistas tienen una posición fuerte en la mesa de negociación porque representan un gran consenso social; y ha reafirmado sus convicciones: "Lo volveremos a hacer, porque defendemos la democracia".
Presupuestos Generales del Estado
Con esta nueva tensión entre socios, lo primero que ha saltado por los aires es el acuerdo de gobierno que firmaron para la investidura de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat. Aunque no había fechas concretas, el pacto se producía después del preacuerdo entre ERC y la CUP, que detallaba que se fiscalizaría la negociación "durante la primera mitad del 2023".
Desde Junts sospechan que este plazo solo sirve a ERC y a Moncloa para ganar tiempo, y no descartan que el presidente del Gobierno convoque elecciones generales antes de que se produzca una votación en Cataluña fruto de los acuerdos de la Mesa de diálogo entre ejecutivos.
De hecho, también es un temor que circula entre corrientes de ERC que Sánchez les deje tirados a último momento. Como informó Vozpópuli, el estratega de ERC y autor intelectual del deshielo institucional, Carles Mundó, advirtió a los partidos independentistas que debían "gestionar los tiempos" porque sino Sánchez pasaría de la agenda catalana una vez tuviera amarrados los Presupuestos Generales del Estado.
Temor en ERC
El relevo de Miquel Iceta, que pasó de ser ministro de Política Territorial a titular de Cultura y Deporte, también fue un aviso a navegantes. Dentro del independentismo se interpretó como que las reclamaciones nacionalistas pasaban a un segundo plano. El hecho de que la nueva Ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, no mencionara Cataluña ni una sola vez en su discurso tras aceptar el cargo fue otro detalle que tampoco gustó a ERC.
Con la reestructuración de Gobierno, Sánchez quiere marcar un perfil técnico (parecido al de Mario Draghi en Italia). Y este giro puede ser a costa de la unidad del independentismo. La nueva etapa se centrará en la economía ahora que gracias a los fondos europeos se podrá llevar a cabo una política expansiva. En ERC son conscientes de ello, y por esta razón, también quieren tener voz en la gestión de estos fondos. Pero, por el flanco derecho, tienen a Junts, y a su líder Puigdemont, que fuerzan con acortar los tiempos la Mesa de Diálogo y arrastrar a ERC hacia sus tesis.