El sector turístico catalán está sobrepasado. Al sector le afecta de lleno una de las medidas impuestas al decretarse la fase 1 de estado de emergencia por sequía, y es el rellenado de piscinas de hoteles y cámpings, que a partir de ahora solo podrá hacerse con agua salada. Además, también se les ha restringido en un 25% el agua para uso recreativo y se ha aplicado una moratoria para actividades que requieran uso intensivo del agua en actividades turísticas. Desde el sector apuntan a Vozpópuli que no son medidas claras y que, tras casi una semana desde el decreto de emergencia, andan a ciegas: "Se habla de limitaciones en actividades industriales y en agricultura pero en la restauración desconocemos si hay limitaciones de carácter lúdico, no tenemos claro qué medidas se aplica. Si tenemos una lavandería en un hotel, por ejemplo, qué hacemos".
Daniel Brasé es el vicepresidente de Pimec Turisme, la patronal que representa a 15.092 empresas y asociaciones catalanes, en su mayoría Pymes, que ejercen en el sector turístico. Como presidente de la Federación Intercomarcal de Hostelería y Restauración tiene contacto directo y constante con todo tipo de asociaciones turísticas de Cataluña, desde asociaciones de restauradores del Baix Ebre, hasta los empresarios de actividades náuticas y gremios de la costa, a gremios que representan la actividad turística rural y otras empresas del Baix Llobregat. En conclusión, conoce la afectación de las restricciones de la sequía a la Cataluña central, precisamente muy afectadas con los embalses completamente vacíos y también la preocupación de los hoteleros de la costa catalana.
Reuniones improductivas con el ACA en verano
Su denuncia es tajante: "No hay tiempo". El problema de la sequía, dice, lleva sobre la mesa desde hace meses. El sector se reunió con la Agencia Catalana d'Aigua (ACA) antes del verano y después siguió en contacto con una Mesa Nacional del Agua, sin un feedback claro. Ahora, avisa, cada establecimiento esta afanándose para mejorar el consumo del agua, por motu proprio, y por la presión que ha generado el estado de emergencia de cara a pérdidas futuras.
Cada establecimiento esta afanándose por mejorar el consumo del agua, por motu proprio, y por la presión que ha generado el estado de emergencia de cara a pérdidas futuras.
Después de los estragos de la pandemia, que pusieron a todo el sector en números rojos, Brasé advierte que en una situación de excepcionalidad las empresas consumieron sus ahorros. Ahora tienen que hacer frente a otra inversión, grande, para adaptarse a la sequía con la temporada de Semana Santa a la vuelta de la esquina. Temen que esto les pase factura en la clientela si no se ajustan a la normativa. Algunos establecimiento ya están implantando cartelería para informar a los usuarios, instalando váteres de doble descarga o comprando maquinaria más eficiente en el consumo de agua, como lavavajillas.
También están optimizando los grifos, reduciendo la presión del agua o haciendo cambios en la descongelación de alimentos. Pero estas inversiones son nimias en comparación con los establecimiento que ahora están buscando adaptar sus piscinas y llenarlas con agua de mar. Basé explica que es una inquietud entre los socios. "El agua de mar se tiene que cerrar porque no puede entrar dentro del circuito. Se plantea instalar depósitos de agua de mar y conectarlos a mini desaladoras, pero tampoco se puede regar el césped". Advierte que implica una gran inversión y que es preocupante en la Costa Brava, donde ya hay reuniones con la ACA para abordar el tema dada la afluencia de turistas en temporadas altas. Algunas ciudades de la zona llegan a triplicar su población. A contrarreloj, el sector ya asume que no llegará a tiempo para Semana Santa y, vive, con incertidumbre, la llegada del verano.
Fernandoo
Es más seguro que hagan rogativas a Santa Bárbara para ver si truena y que llueva a esperar que el gobierno de la generalidad haga algo para el bien de la gente que para el bien de su gente ya lo hacen todo el día.
Mazarino
Lo que les faltaba a los catalanes que no se limpiasen el culo al terminar la faena
Yomismo
Creo que lo que deberían hacer esos posibles turistas es no venir. Con esa decisión se ahorrarían robos y lo que es peor, crimen o lesiones diversas causadas por la morería descontrolada. Mi cuñada y sus dos hijos querían venir a pasar unos días a Cataluña. Les he convencido de que no.