España

"Dos cazas de combate españoles aterrizan en Gibraltar": el episodio que sorprendió al Peñón

Los dos Harrier tomaron tierra de improviso en el aeródromo de Gibraltar, lo que suscitó una gran sorpresa entre los militares británicos. El piloto del avión español reveló años más tarde su propia versión de los hechos

  • Los pilotos españoles que aterrizaron en Gibraltar, Pedro Galiana y Antonio Ruibérriz de Torres

El suceso desató la sorpresa en Gibraltar. Una emergencia aérea obligó a dos cazas de combate españoles a tomar [aterrizar] en el aeródromo del Peñón. Tal fue el estupor entre los locales que los militares británicos pidieron a los españoles que se hicieran unas fotografías que ya son un icono para la Armada -a la que pertenecían los pilotos-. Esta semana se cumplen treinta años de aquel episodio. Pero, ¿realmente fue un accidente o se trataba en realidad de una acción premeditada?

Es el 8 de febrero de 1993. Dos cazas de combate Harrier AV-8S de la Flotilla de Aeronaves (FLOAN) de la Armada sobrevuelan el espacio aéreo del Estrecho. Realizan una serie de maniobras en torno a la isla de Alborán cuando, en el momento de enfilar el rumbo ruto a Rota -destino previsto-, el piloto de uno de los dos aviones alerta al control del tráfico aéreo de Sevilla de que se ha producido un fallo en el sistema.

¿Qué ocurre a bordo de la aeronave? Los testigos del avión indican que no queda combustible, lo que se puede traducir en un problema con las válvulas y que apenas quedan dos minutos para aterrizar. De lo contrario, las consecuencias serán catastróficas. El control de tráfico aéreo de Sevilla le indica que se dirija a Málaga a la mayor brevedad posible. El piloto del caza niega la mayor. Tiene a tiro el aeródromo de Gibraltar. Y hacia allí que se dirige, seguido del otro avión español que le acompaña en todo momento.

Tras comprobar que se encuentran en perfecto estado, no sólo les tratan con amabilidad, sino que les piden hacerse las fotos con el Peñón de fondo

La toma se produce sin mayores problemas. Eso sí, en un entorno tan inédito como lo es el Peñón de Gibraltar. Los militares británicos, sorprendidos, se aproximan al lugar donde se encuentran los cazas españoles. Tras comprobar que se encuentran en perfecto estado, no sólo les tratan con amabilidad, sino que les piden hacerse las fotos con el Peñón de fondo. Pasadas unas semanas, y ya reveladas las instantáneas, los británicos remiten unas copias a la Base Naval de Rota, que ya se han convertido en Historia de la Armada.

¿La verdadera historia?

Al menos ese fue el relato, punto por punto, que trascendió en ese momento. Pero, ¿es ajustado a la realidad? Antonio Ruibérriz de Torres, el piloto del Harrier averiado, reveló su vivencia 25 años después en el libro Mar de alas [editorial JM Ediciones]. Desde Foro Naval se hacen eco de su relato, donde por fin se puso en negro sobre blanco toda la verdad en el asunto.

Según esta nueva versión, el aterrizaje fue provocado. El piloto afirma que la "moral" de la Octava Escuadrilla de la FLOAN estaba "muy baja" y necesitaba hacer algún gesto destinado a levantar el ánimo. Y lo que se le ocurrió fue aterrizar con su caza de combate en el Peñón de Gibraltar, simulando la avería en las válvulas de combustible.

El episodio, por supuesto, cuajó en el seno de la Flotilla de Aeronaves de la Armada. Pero, además, Ruibérriz cumplía con su anhelo personal de tomar algún día en el aeródromo del Peñón de Gibraltar, que había manifestado en múltiples ocasiones a sus compañeros.

Años más tarde, los infantes de Marina británicos, en el transcurso de unos ejercicios, asaltaron por error una playa de La Línea de la Concepción, lejos del escenario previsto en Gibraltar. Nunca se pudo demostrar, pero entre los mentideros militares siempre ha rondado la idea de que el movimiento supondría una réplica al aterrizaje de los dos Harrier españoles en el Peñón.

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