El verso suelto de CEOE, Arturo Fernández, seguirá suelto, pero muchos miembros de la patronal quisieran que callara. Tras las polémicas palabras, la semana pasada, del presidente de la patronal madrileña CEIM y ‘número dos’ de la Confederación de Empresarios sobre el rescate a España, en las que urgió a Rajoy a aceptar éste cuanto antes, el empresario hostelero suscitó enojo entre los miembros del Gobierno, reacción que también se ha propagado por la Confederación. Se trata del enésimo desaguisado que causa Fernández, en contraste con el presidente de CEOE, el siempre moderado Juan Rosell.
“El presidente Rajoy dijo ayer que ahora hay que ver esas condiciones especiales. Creo que es lo más sensato. Estamos en un país casi en suspensión de pagos y, cuando una empresa está mal, la alternativa es pedir ayuda. “A lo mejor Rajoy decide pedir esa ayuda, pero el tiempo corre y habrá que tomar una decisión lo más pronto posible”, apresuró el empresario ante el asombro del Ejecutivo.
Al parecer, aunque Fernández recibe numerosos apoyos en privado entre las bases de la patronal, Vozpópuli ha contactado con una decena de dirigentes que, en mayor o menor medida, cuestionan la actitud del empresario madrileño. “Tonterías, no dice ni una. Otra cosa es que el encargado de ejercer de portavoz ante los medios y la opinión pública deba moderar su lenguaje, sobre todo cuando la línea oficial nuestra va por otro lado. Sí, muchos estamos de acuerdo con lo que dice, pero hay que ser pragmático, y así no se ayuda”. Este puede ser el sentir mayoritario recabado por este diario: el deseo de una corrección formal que no haga descarrilar la correcta relación con el PP, que pasaría por quitar las relaciones institucionales a Arturo Fernández y delegarlas en alguien más pausado.
La excesiva verbosidad de "Arturo"
Si bien hay otras voces que critican abiertamente la excesiva verbosidad del vicepresidente primero, casi nadie cuestiona su posición. Fue el líder de CEIM quien aupó a Juan Rosell a la presidencia de CEOE tras retirarse él de la candidatura, y sin él es imposible concebir el equipo del catalán. Tras su posición sobre el rescate, fuentes empresariales matizaron sin demasiada emoción que las palabras de Arturo Fernández fueron “malinterpretadas”. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en persona reclamó “prudencia”.
Pero otras voces parecen querer ir más allá. “Arturo es un exhibicionista y lo único que pretende es llamar la atención. No representa a la CEOE, son ya muchos los que están hartos; en los pasillos –de la sede de la organización– lo comentamos a menudo”, señaló una fuente al diario La Gaceta.
Dirigentes sindicales recuerdan que en 2011, en plena negociación colectiva, era frecuente ver a Arturo Fernández torpedeando las intensas reuniones en declaraciones intempestivas a medios de comunicación. Al estallar ésta, en junio del año pasado, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, apodó la ruptura, no sin ironía, como “el triunfo de la vía madrileña”.