Es cuestión de días. Tal vez sólo de horas. La salida de Carlos Dívar de las presidencias del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Supremo está cada día más cerca pese a que ayer la Sala de lo Penal del alto tribunal decidió rechazar la querella por malversación de dinero público que había presentado contra él la asociación Preminencia del Derecho. El hecho de que cuatro de los quince magistrados que componían la sala votaran a favor de aceptarla e iniciar una investigación sobre los gastos cargados al erario por Dívar en 32 viajes de fin de semana a Marbella y otros puntos de España ha socavado aún más si cabe la posición de éste, al que en las últimas horas hasta los vocales que se han alineado con él durante todo el escándalo han empezado también a pedirle que deje su puesto. Y cuanto antes, mejor.
La celebración del próximo pleno extraordinario, que podría incluso tener lugar mañana viernes según algunas fuentes, será el momento elegido por varios de estos vocales afines para mostrar públicamente un cambio de posición que ya le han transmitido en privado al propio presidente del CGPJ. "Hasta ahora no he pedido su dimisión, pero en el próximo pleno lo haré", reconocía ayer por la tarde a Vozpópuli uno de estos miembros del Consejo que prefiere mantener el anonimato y que cree que la situación que vive el órgano de gobierno de los jueces es "insostenible" por lo que califica de "muy desafortunada actuación" de Dívar durante la crisis originada por sus viajes. Lo ocurrido a lo largo del día de ayer fue, de hecho, la gota que colmó el vaso de varios de ellos, según reconocen fuentes del Consejo.
Dívar convocó un pleno para la semana que viene para adelantarse a la petición de los vocales 'indignados'
Todo empezó sobre las once de la mañana, cuando los 15 integrantes de la Sala de lo Penal del Supremo se reunieron para decidir la admisión o no de la querella por los supuestos delitos de estafa y apropiación indebida o, subsidiariamente, malversación de caudales públicos. Durante horas, los magistrados debatieron hasta que poco antes de las dos y media anunciaron que rechazaban la misma por once votos a favor y cuatro en contra. En apariencia era una victoria para Dívar, que veía así cerrarse la vía penal, pero en el fondo era una nueva carga de profundidad contra su intención de resistir al frente de la institución. Sobre todo porque a lo largo del día de hoy los cuatro magistrados discrepantes (Perfecto Andrés Ibáñez, Joaquín Giménez, Alberto Jorge Barreiro -todos ellos de la asociación progresista Jueces para la Democracia- y el conservador José Manuel Maza) harán públicos sus votos particulares que servirán de nueva munición a los que desde dentro del órgano de gobierno de los jueces piden su dimisión.
Su objetivo: presidir el bicentenario del TS
Pese a que éste era un resultado previsible, Dívar ya había dado muestras a lo largo de la mañana de que pretende seguir enrocado. De hecho, intentó una última maniobra para resistir al menos una semana más, hasta el próximo 21 de junio, como máximo representante de la judicatura. Su intención es seguir siendo presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo durante los actos del Bicentenario de esta segunda institución, una celebración en cuyos preparativos él se ha volcado en los últimos meses. Dichos actos comienzan el próximo lunes con la presencia del rey don Juan Carlos y de una nutrida representación de las Cortes Supremas iberoamericanos, y se prolongarán durante tres días. Para lograrlo, el cuestionado jefe de los jueces españoles anunció a media mañana, cuando aún estaba reunida la Sala de los Penal del Supremo, la convocatoria de un pleno extraordinario del Consejo para analizar "la situación" del órgano que preside. La fecha que fijaba era, precisamente, el 21 de junio, cuando ya hubieran terminado los actos de bicentenario.
Dívar respondía de este modo a la solicitud de pleno extraordinario que había presentado poco después del mediodía su bestia negra en el Consejo, José Manuel Gómez Benítez, el vocal que destapó el escándalo de sus viajes. Este había solicitado la convocatoria del mismo para votar su reprobación "ante la pertinaz negativa" del presidente de los jueces a dimitir. En su escrito, Gómez Benítez recalcaba que la salida de éste del Consejo es "un imperativo político y ético".
La convocatoria de Dívar también le permitía adelantarse a la intención de los otros cuatro vocales 'indignados' que llevan semanas pidiendo su dimisión (Félix Azón, Carles Cruz, Inmaculada Montalbán y Margarita Robles), quienes ya habían anunciado que, cuando concluyera la reunión de los magistrados del Supremo, iban a solicitar también la celebración de un pleno extraordinario a tener lugar en el plazo máximo de 72 horas para instarle una vez más a que abandonase su puesto.
Entre los cercanos a Dívar que le piden ahora que dimita están el vicepresidente, Fernando de Rosa, y la portavoz, Gabriela Bravo
La maniobra de Dívar, sin embargo, no impidió que la pidieran. Los cuatro insistieron en su solicitud y señalaron en una nota que, pese a que el alto tribunal no hubiera considerado delito los polémicos gastos de Dívar, éstos eran "incompatibles con los principios de transparencia y austeridad exigibles a todo responsable público". Los vocales recordaban en el mismo texto que en su opinión la actuación del jefe de los jueces "ha propiciado que se extienda una opinión generalizada de utilización poco responsable de los fondos públicos por parte de todos los miembros" del CGPJ.
Aunque las solicitudes de celebración de un pleno extraordinaria estuviera firmadas únicamente por los cinco vocales que ya en las últimas reuniones vienen reclamando la salida del máximo representante de la judicatura, fuentes del Consejo aseguraban ayer a Vozpópuli que en los últimos días varios de los vocales que hasta ahora habían defendido la permanencia de Dívar al frente del CGPJ se habían dirigido a éste para pedirle que dimitiera y evitar así un mayor desgaste de la institución. Entre estos vocales, siempre según estas fuentes, están el vicepresidente Fernando de Rosa, la portavoz Gabriela Bravo y Almudena Lastra, todos ellos considerados cercanos hasta ahora a Dívar. Bravo fue, de hecho, la vocal que lo acompañó durante su polémica comparecencia ante la prensa como gesto de apoyo.
Posible adelanto del pleno extraordinario
De este modo, aunque la convocatoria del pleno extraordinario es potestad del propio Dívar, ayer por la tarde varias fuentes del Consejo reconocían que muy posiblemente no le quedase más remedio que convocar para el viernes la reunión de sus 21 miembros. En caso de no hacerlo se enfrentaría, incluso, a una nueva denuncia, en este caso por prevaricación, que tendría que resolver de nuevo el Supremo en una nueva vuelta de tuerca a un caso que la judicatura quiere enterrar cuanto antes.
Se niegue o no a celebrarlo antes del jueves que viene, lo que Dívar no podrá evitar es que en el orden del día de la misma haya sólo tres puntos. El primero, la explicación por parte del propio presidente de los gastos cargados al presupuesto del CGPJ con motivo de los últimos 12 polémicos viajes conocidos. El segundo, la petición de cuatro vocales de su dimisión. Por último, la solicitud de reprobación de Gómez Bénitez. Para esto último, es necesario que tres quintas parte de los 20 vocales, es decir, 12 la apoyen. Hace unas semanas, no hubieran votado a favor de ella nada más que los cinco 'indignados'. Hoy, según señaló Gómez Benítez a este diario, "existen posibilidades reales de que sí prospere" precisamente por ese cambio de actitud de varios de los miembros del Consejo afines a un Dívar que hoy debe anunciar cuándo se reúne finalmente el que puede ser su último pleno.