El Pleno del CGPJ designará este jueves por la tarde a Rafael Mozo como sustituto del hasta ahora presidente Carlos Lesmes. Vocales progresistas y conservadores llegan al encuentro de esta tarde con el consenso de que debe ser el progresista Mozo quien asuma las funciones de presidencia por ser el vocal de más antigüedad, aunque manteniendo el estatus de vocal raso.
Fuentes del Consejo informan a Vozpópuli que la mayoría de vocales que integran el actual Consejo en funciones están de acuerdo en que sea Mozo quien sustituya a Carlos Lesmes, cuya dimisión se hizo efectiva este miércoles tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Las mismas fuentes precisan que el Pleno también acordará seguir manteniendo las mismas normas de suplencia que se aprobaron al considerar que no hay razón para cambiarlas.
De acuerdo con estas normas, es el vocal más antiguo el que debe suceder a Carlos Lesmes, figura que recae sobre el progresista Mozo. De esta forma se produce una situación insólita en el CGPJ ya que el vocal asumirá la presidencia cuando se van a cumplir cuatro años de un órgano en funciones. Con todo, su designación (que no nombramiento) se entiende como una suplencia.
Las normas del CGPJ
Así pues, el Consejo cumplirá con su advertencia de no asumir lo recogido en el informe que el gabinete técnico del Tribunal Supremo preparó a petición del propio Lesmes. Los expertos avanzaron hace semanas que, ante una eventual dimisión del presidente, tendría que haber un único sustituto tanto en el Tribunal Supremo como en el CGPJ. Este sería Francisco Marín Castán, vicepresidente en funciones del alto tribunal y presidente de Sala más antiguo.
El CGPJ designará por mayoría al vocal Rafael Mozo como sustituto de Lesmes, pero su presidencia se entiende como una suplencia (no hay nombramiento) y por tanto mantendrá su estatus de vocal
El documento precisaba que en circunstancias normales asumiría el cargo el vicepresidente del Tribunal Supremo, no obstante desde la jubilación de Ángel Juanes, en octubre de 2019, no se ha vuelto a nombrar esta plaza, por lo que está vacante. Además, teniendo en cuenta que el CGPJ no puede efectuar nombramientos por Ley (únicamente para el TC), consideraron que la única alternativa legal pasaba porque el vicepresidente en funciones asumiera ambas presidencias, descartando así una posible bicefalia.
Un Pleno sin presidente
Frente al criterio recabado por Lesmes (y recordado este mismo lunes tras formalizar su dimisión), los vocales del CGPJ sostienen que es el Pleno el que debe decidir sobre este asunto. De hecho, el contenido del informe enfureció al Consejo, que avanzó que el gabinete técnico no tiene más potestad que 18 vocales y que su criterio prevalecerá por encima de lo que estipulen los expertos jurídicos del alto tribunal.
Así pues, la marcha de Lesmes abre un escenario inusual cuanto menos ya que la presidencia del Tribunal Supremo la ostentará Francisco Marín Castán y la del CGPJ corresponderá a Rafael Mozo. Con todo, esta última designación todavía está pendiente de aprobarse en el marco del Pleno que arranca a las 16.30 horas de esta tarde.
Se da la circunstancia de que fue Carlos Lesmes quien convocó la pasada semana este Pleno extraordinario con el único punto de renovar el Tribunal Constitucional. Su intención era que vocales progresistas y conservadores se pusieran de acuerdo para nombrar a sus dos candidatos para el tribunal de garantías. Lesmes buscaba un consenso 'in extremis' del Consejo ya que se había pasado el plazo legal fijado por el Gobierno y que su intención era abandonar la presidencia habiendo sellado este acuerdo.
Sin embargo, el domingo por la tarde el todavía presidente anunció que formalizaría su dimisión el lunes ante la imposibilidad de que el PSOE y el PP desbloqueasen las negociaciones. Su salida propició que Pedro Sánchez llamara al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. El encuentro, celebrado el lunes, sentó las bases para negociar las condiciones de esta renovación que todo apunta que, esta vez sí, llegará a buen puerto.
NormaDin
Ah, es progresista. Pues si él mismo se considera así y públicamente se confirma, que dimita de inmediato, que a estas alturas ya sabemos lo que significa esa etiqueta. No lo describo porque me gusta contenerme y acogerme a los límites de la corrección y la decencia.