Este lunes ha tenido lugar en Madrid la tradicional visita que los miembros de la Comisión Europea realizan al principio de cada semestre al país que ocupa la Presidencia de turno del Consejo de la UE. Sin embargo, esta visita ha sido muy diferente a la que los miembros del Colegio de Comisarios realizaron hace apenas seis meses a Suecia, país que le acaba de entregar a España el testigo de esta responsabilidad.

En aquella ocasión, los comisarios se desplazaron hasta Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia. La localidad, ubicada al norte del círculo polar ártico, fue el escenario escogido por el gobierno sueco para dar el pistoletazo de salida a su presidencia. Por su parte, el Gobierno de Pedro Sánchez ha escogido la Galería de Colecciones Reales en Madrid para albergar esta primera toma de contacto con los dirigentes de la CE. Dos estampas antagónicas cuyas diferencias van mucho más allá de los más de 50 grados de diferencia, los bloques de hielo frente a las obras de arte o de los plumas frente a vestidos y trajes veraniegos.

Lo cierto es que para ir a Kiruna, la Comisión Europea reservó su agenda al completo los días 12 y 13 de enero de este año. Sin embargo, para venir a Madrid tan solo se había previsto un día y han sido muchos los comisarios que no han dudado en rechazar la invitación de Pedro Sánchez para priorizar otras actividades. De los 25 que debían acompañar a la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, tan solo 16 han realizado el desplazamiento.

Agendas paralelas y ausencias de peso

Hasta siete comisarios europeos tuvieron una agenda paralela este lunes con la que justificaron su ausencia. Entre ellos, destacan dos de los tres vicepresidentes ejecutivos como son el socialdemócrata holandés Frans Timmermans, de viaje oficial en China, y la liberal danesa Margrethe Vestager, que optó por quedarse en su país para reunirse con la confederación de empresarios daneses. Otro miembro destacado de la familia política de Sánchez en Europa, el socialdemócrata eslovaco Maroš Šefčovič, se quedó en Bruselas para reunirse con una delegación oficial del Reino Unido.

Sus bajas se sumaron a las de otros comisarios de peso, como son el liberal belga Didier Reynders, titular de Justicia y muy crítico con España en varios asuntos como los retrasos en la renovación del CGPJ, y que se desplazó el lunes a La Haya para asistir al lanzamiento del Centro Internacional de Persecución contra el Crimen de Agresión contra Ucrania, o el comisario de Mercado Interior, el francés Thierry Breton, que se encuentra en Tokio al igual que el titular de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski. Todos ellos estuvieron presentes en Suecia.

Por último, también faltaron el lituano Virginijus Sinkevičius, que debía recibir a un dirigente de Macedonia del Norte en Bruselas, mientras que la comisaria de Salud, la chipriota Stella Kyriakides, y el de Vecindad y Ampliación, el húngaro Oliver Varhelyi, tampoco realizaron el viaje a España a pesar de no contar con agenda oficial. A estas nueve ausencias se suma la única que ya se conocía desde hace semanas, la de la ya excomisaria búlgara, Mariya Gabriel, que acaba de dimitir para tratar de formar gobierno en Bulgaria y que aún no tiene sustituto en Bruselas.

Fuentes de la Comisión Europea han achacado las ausencias al cambio de fecha, del 7 al 3 de julio, decidido hace apenas un mes para no interferir en la campaña. Un cambio hecho con escasa antelación para modificar algunas agendas que estaban programadas desde hace tiempo. Aseguran que, en cualquier caso, no han impedido el desarrollo normal de una jornada de esta naturaleza. Sin embargo, desde el Partido Popular no han dudado a criticar estos plantones al asegurar que se deben al intento de Sánchez de usar la Presidencia española para su campaña electoral. Según el eurodiputado y vicesecretario del PP, Esteban González Pons, todos los comisarios habrían acudido "si no fuera porque Pedro Sánchez politiza todo lo que toca como si fuera un Rey Midas de la politización".

Inicio de Presidencia deslucido

La convocatoria de elecciones generales anticipadas por parte de Pedro Sánchez ha alterado los actos de indicio de la Presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea. Este sistema rotatorio otorga a cada país la facultad de marcar la agenda, moderar los debates y establecer algunas de las grandes prioridades de la UE durante un semestre, además de la posibilidad de organizar reuniones de alto nivel en su territorio. Se trata de una gran oportunidad para el Gobierno de turno de la que, sin embargo, el presidente y candidato del PSOE apenas va a poder sacar rédito electoral.

Al margen de la cita descafeinada de Madrid a la que ha faltado más de un tercio de la Comisión Europea, Pedro Sánchez también se ha visto forzado a anular su discurso de presentación de prioridades europeas que iba a tener lugar la próxima semana en la sede del Parlamento Europeo de Estrasburgo y la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo también decidió aplazar el viaje que tenía previsto realizar a España los días 26 y 27 de junio en contra del criterio del propio PSOE.

Dos de los grandes hitos, al menos a nivel de imagen, que protagoniza un dirigente de un país durante su Presidencia de turno son el citado discurso ante la Eurocámara y la Cumbre Europea en el país anfitrión que, en el caso de España, se celebrará en La Alhambra de Granada los días 5 y 6 de octubre y a la que acudirán los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Esta última cita iba a ser una de las grandes imágenes de precampaña de Pedro Sánchez pero, tras el adelanto electoral, la duda radica ahora en si se beneficiará de esta postal de lujo el futuro presidente del Gobierno o si aún llegará el actual en funciones.

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