La tendencia sigue al alza. El número de viajeros en trenes de Alta Velocidad entre Madrid y Comunidad Valenciana ha llegado en el segundo trimestre del año a los 2,5 millones y todo ello en un contexto de máxima dificultad por el caos continuo en la estación de Chamartín.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha tenido que hacer frente a numerosas críticas por las reiteradas averías y retrasos en la estación ferroviaria madrileña pero ello no ha frenado el flujo ascendente de personas que utilizan tanto los convoyes de Renfe como los de las compañías privadas Ouigo e Iryo.
La cifra global de esos tres meses de abril a junio es de 2.438.775 viajeros entre la capital de España y la Comunidad Valenciana. El recorrido Madrid-Valencia lo han utilizado 345.179 viajeros en Iryo; 387.654 que ha apostado por los trenes de Ouigo y 766.031 que han viajado en los de Renfe, para un total de 1.498.864 pasajeros.
Por lo que respecta al trayecto Madrid-Alicante, un total de 55.072 viajaron con Iryo, 234.283 con Ouigo y 650.556 con Renfe, para un total de 939.911 viajeros.
Alianza consolidada
Las cifras suponen un incremento respecto al trimestre anterior superior al 20% y revelan la interactividad entre las dos Autonomías que han potenciado en los últimos meses tanto la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, como el presidente valenciano, Carlos Mazón, con una alianza de transporte ferroviario (en este caso centrado en las mercancías).
Lo curioso del caso es que el incremento de viajeros se produce cuando se dan dos circunstancias adversas para la competitividad de este medio de transporte. La primera es el caos que se produce en la estación de Chamartín con un asiduidad preocupante.
Media hora más
Goteras, fallos en el pantógrafo y retrasos difícil de justificar son algunas de las incomodidades con las que han de lidiar los usuarios de esta estación que es en la que finalizan su trayecto los trenes que llegan desde Valencia y Alicante.
Y esa es la segunda circunstancia en contra de los viajeros de la Alta Velocidad Madrid-Comunidad Valenciana, la sustitución (en septiembre de 2022) de Atocha por Chamartín como estación final. Ese cambio supone 15 minutos más de trayecto y otros 20 minutos adicionales, aproximadamente, para llegar luego al centro de la capital de España respecto a la otra estación.
Las obras para ampliar subterráneamente Atocha y las propias en Chamartín durarán unos 6 años, por lo que hasta entonces (hacia 2028), no se contemplará la posibilidad de que los convoyes procedentes de Valencia y Alicante vuelvan a parar en esta estación.
Guerra de precios
En paralelo a estas cuestiones, las pérdidas de los tres operadores que trabajan ahora en la línea Madrid-Comunidad Valenciana han sido elevadas en los últimos años a consecuencia de la guerra de precios al entrar en juego las dos compañías privadas Iryo y Ouigo.
En este segundo trimestre las bajadas de precios interanuales han sido de un 16% en el caso del trayecto Madrid-Alicante (con un precio medio de 40 euros y de un 3% en el Madrid-Valencia, con un precio medio de 31 euros.
Mejora de infraestructuras
El Gobierno valenciano ha pedido reiteradamente al Ejecutivo de Pedro Sánchez –a la luz de estas cifras– que "ayude" a que mejoren las condiciones en la que los turistas y personas en viaje de negocio llegan a la Comunidad Valenciana a través del ferrocarril porque en las actuales circunstancias sólo se ponen "piedras en el camino".
La vuelta a la estación de Atocha como destino final es una de las reclamaciones y también establecer una conexión ferroviaria del aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández que actualmente no existe y lastra las posibilidades crecimiento de la citada instalación.
La mejora de la conexión con Barcelona con el desarrollo del Corredor Mediterráneo (y desdoblar el tráfico de mercancías y pasajeros), así como el avance del Corredor Atlántico son las otras dos cuestiones prioritarias en este tipo de infraestructuras para la Comunidad Valenciana.