Comunidad Valenciana

Camps: 15 años de acoso, refugio en sacristías, un PP distante y una plena absolución

El estallido del caso Gürtel en 2008 acabó tres años después con la carrera política del entonces presidente de la Generalitat Valenciana que entró en un largo túnel de imputaciones

El éxito judicial de Francisco Camps –con su absolución ayer por parte de la Audiencia Nacional en la última pieza del caso Gürtel en la que estaba acusado– ha ido en paralelo a 15 años de sufrimiento personal.

Cuando en 2008 irrumpieron en la escena política española los tejemanejes del grupo de Francisco Correa con diversas Administraciones públicas pocos podían aventurar que afectaría tan de lleno y virulentamente a Camps y a los miembros de su Ejecutivo y el PP autonómico.

Los trajes: el origen

En 2009 llegó su primera imputación en el denominado 'caso de los trajes' y fue el comienzo del particular descenso a los infiernos de Camps. Esta pieza separada del caso Gürtel analizaba si el exjefe del Consell cometió cohecho al adquirir prendas de vestir que, en realidad, habría pagado una de las empresas del Grupo Correa, Orange Market, dirigida por Álvaro Pérez 'El Bigotes'.

La investigación supuso una presión en cuatro direcciones para Camps. La primera y más seria, la judicial; la segunda (bien alimentada por la entonces oposición política) la movilización social en su contra; la tercera, la más dolorosa para él, la distancia que acabó poniendo el PP hacia su figura; y la cuarta, la inevitable presión mediática haciendo seguimiento de un caso que traspasó las fronteras autonómicas y acabó alcanzando el ámbito nacional.

Durante esos años en los que Camps disfrutaba de su segunda mayoría absoluta se fue acentuando esa opresión que aumentó con el avance en la instrucción del 'caso de los trajes' y que llevó a Camps a presentarse a las elecciones autonómicas de 2011 en puertas de abrirse el juicio oral.

Más escaños y dimisión

Camps logró su tercera mayoría absoluta y aunque bajó algo el número de votos subió el de escaños. Esa fue la 'absolución social' que ayer (cuando se conoció que quedaba libre de todo cuestionamiento judicial) le negaron los socialistas valencianos y Compromís que aseguraban que los efectos de la gestión de Camps se 'juzgaron' en 2015 cuando el PPCv se derrumbó.

Camps dio el paso más difícil de su carrera al dimitir un mes después de ganar en las urnas. El 20 de julio de 2011 decidió dejar la Presidencia de la Generalitat al declinar aceptar la conformidad aceptando su culpabilidad y tiró, según sus palabras ayer, de "valentía". Dejó atrás el cargo que más le había llenado políticamente para poder defenderse "como cualquier ciudadano", expresa el expresidente.

'Jarabe democrático'

No sabía, como ha reconocido a Vozpópuli, que entonces empezaría su verdadero calvario. Al 'caso de los trajes' del que fue meses después absuelto por un jurado popular, le siguieron otros.

Los escraches habían sido habituales durante su última etapa como presidente de la Generalitat. "Venían centenares de personas a las puertas de mi casa con mis hijos que entonces eran aún pequeños", recuerda, y también explica con amargura que ese acoso social hacia su figura prosiguió en otros ámbitos como en el Consejo Jurídico Consultivo en el que se integró después de su dimisión.

También cuando iba a misa algún domingo se vio en una situación comprometida que, en palabras de Pablo Iglesias, era "jarabe democrático".

A la vista de la gente que le insultaba y perseguía a la salida de una Iglesia "tuve que buscar refugio en la sacristía", reconocía ayer Camps, quien recordaba que algunos integrantes de esos escraches llegó a ser consellera de la Generalitat (en clara alusión a Mónica Oltra).

El PP se aparta

Esta presión tuvo, lógicamente, efectos en su propio partido, en el que ha militado desde bien joven. La distancia llegó primero y después Federico Trillo –aunque lo negara– ayudó a trasladar el mensaje de Mariano Rajoy que era mejor dimitir. El PP nacional estaba cada día defendiéndose por el caso Gürtel, contra las cuerdas, y había que cambiar el paso y sacrificar peones.

Camps sufrió ese desapego, como lo hizo la ya fallecida alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, pese a ser artífices ambos de las mayorías más aplastantes en favor de su partido. Por eso, Camps, ahora que está libre de todo, se acuerda de Rita a la que "siempre llevo en mi corazón".

Nóos

A los trajes siguió la investigación a Francisco Camps en el caso Nóos por la participación que la Fiscalía Anticorrupción le atribuía en la firma de los contratos con Iñaki Urdangarín en el marco de la celebración del Valencia Summit.

Esa visión no fue compartida por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana por considerar la intervención de las autoridades en un ámbito "protocolario y de cortesía" y Camps esquivó finalmente su imputación en esta causa judicial.

Esta es una de las actuaciones en las que Camps ve que "el único objetivo era la persona" y recalca que en todos estos años han sido centenares las personas absueltas en las causas en las que él se ha visto envuelto. Obvia, de momento, a quienes sí han sido condenados en estos procesos y que también son un número significativo de personas (políticos y empresarios) que han llegado a acuerdos con la Fiscalía admitiendo su relato de los hechos.

Financiación del PP

La financiación irregular del PPCV en el periodo 2007-11 también tuvo a Camps como protagonista, ya que el exsecretario general del partido, Ricardo Costa, y otros dirigentes, apuntaban al expresidente como la persona que daba las órdenes y conocía la mecánica de las irregularidades.

Camps declaró como testigo pero de sus declaraciones no se dedujo una imputación formal, por lo que esquivaba su tercera condena, bien por absolución, por archivo de la causa o por no llegar a formularse acusación para él.

Visita del Papa, Calatrava, la F1...

Después de la tercera llegó la cuarta. Una de las más complicada para Francisco Camps por sus arraigadas creencias religiosas. La visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en el contexto del V Encuentro Mundial de las Familias en 2006 se sometió a la lupa judicial por los contratos con las empresas que se encargaban de los suministros.

La causa acabó en archivo en 2021 y a Camps no le imputaron finalmente en la pieza separada que se seguía en la Audiencia Nacional por la contratación de las pantallas gigantes para la visita del Papa. Por aquel caso sí fue condenado el exdirector de Canal 9, Pedro García, que esta misma semana ha eludido entrar en prisión y solventará su condena con el pago de una multa.

La sexta corresponde al proceso judicial que se siguió para analizar el proyecto de construcción del centro de Convenciones de Castellón. El arquitecto Santiago Calatrava citó a Camps como la persona que le encargó ese estudio, aunque judicialmente Camps no fue imputado por estos hechos.

Para entonces Camps ya estaba en un ultimísimo plano político, pese a ser su 'leit motiv' desde que alcanzó la veintena. Redujo sus apariciones, aunque a medida que llegaron las absoluciones iba sacando la mano explicando la "injusticia" que se había cometido con él.

Tampoco los tribunales encontraron culpabilidad de Camps en la causa abierta por la celebración del Gran Premio de Fórmula 1 en Valencia (desgajada en tres partes) y en todas resultó exonerado, tanto en la relativa a la construcción del circuito, en la de la financiación de este trazado, como en la sustitución de Bancaja por la Generalitat como avalista de la empresa Valmor (con Fernando Roig y Jorge Martínez 'Aspar' a la cabeza).

La que más cerca estuvo de llegar a la apertura de juicio oral fue la de la construcción del circuito donde la juez decidió llevar a Camps a juicio contra el criterio de la Fiscalía, que la Audiencia Provincial respaldó posteriormente, y finalmente quedó sin efecto la medida de la jueza instructora.

El final del túnel

Fue tras esta decisión judicial en 2019 cuando Camps empezó a acelerar el paso después de nueve éxitos judiciales y empezaba a pedir su resarcimiento político y la mirada de sus compañeros de partido se tornaba más benévola.

Eso sí, nadie le daba la oportunidad de volver a la primera línea política hasta que se resolviera la última pieza a la que la Audiencia Nacional dio carpetazo ayer. Era la segunda vez que Camps se sentaba en el banquillo de los acusados y ha salido indemne. La décima.

Abogacía y vuelta a la política

Libre ya de ataduras judiciales, Camps ya fue ayer más contundente: "Quiero volver a la arena política". Ya en las elecciones municipales de 2023 se ofreció al PP para ser candidato a la Alcaldía de Valencia pero María José Catalá fue la elegida y Camps no puso pegas porque "acato lo que también acataban otros cuando yo era presidente".

El futuro personal de Camps encara un nuevo rumbo y se congratula de que "mi familia y yo estamos todos vivos y juntos" tras estos 15 años que han pasado desde que tenía 45 primaveras como presidente de la Generalitat hasta los 61 que actualmente le contemplan.

A nivel profesional quiere volver a la primera línea política algo que incomoda al jefe del despacho de abogados del que forma parte hace tres años, Pablo Delgado. Junto a él ha ganado nueve de las diez causas que le afectaron de lleno o de refilón, aunque Delgado asume cuál es la naturaleza y la motivación principal de Camps que no es otra que la política.

Feijóo, Mazón y Catalá

"Me gustaría someterme a las urnas" dice Camps, algo que deben decidir Alberto Núñez Feijóo y Carlos Mazón.

El destino que le concedan determinara cuál de los dos es el 'padrino' que rehabilite a Camps. De momento, Mazón se alegra de la absolución y ha mandado un abrazo al expresidente de la Generalitat y pide "prudencia" porque hasta que no haya sentencia firme no devolverá el carné de afiliado del PP a Camps.

El ámbito en el que Camps podría desenvolverse va desde el local, provincial, autonómico o nacional, ya que el europeo está copado y las listas para las elecciones del próximo 9 de junio no le contemplan por lo que tiene el paso cerrado durante 5 años.

Hay quien habla del Senado y otros barruntan organismos estatales que Feijóo ahora no puede ofrecer al estar en la oposición. Si no es así, todo parece abocado a que Carlos Mazón y María José Catalá (y en menor medida Vicente Mompó) tengan que buscar una solución.

Símbolo de una época

Los socialistas valencianos y Compromís distinguen las responsabilidades judiciales de las políticas y argumentan que los gobiernos De Francisco Camps ejemplificaron una época de "despilfarro" al amparo de la burbuja inmobiliaria que ha causado "pesadas hipotecas económicas y reputaciones".

Ángel o demonio la realidad es que la sentencia de la Audiencia Nacional publicada ayer quizás defina el tránsito de Camps por la gestión pública. "No hay prueba o indicio, sugerencia o intromisión" de Francisco Camps para la contratación del stand de Fitur, recogía uno de los folios de la sentencia.

En otro se analizaba su relación Álvaro Pérez 'El Bigotes', que circunscribía al ámbito personal, "sin que favoreciera las actividades (de Pérez) en el ámbito de la contratación pública". Una especie de resumen sobre tener algunas compañías cuestionables en su entorno, aunque sin ningún lucro personal.

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